Manita para confirmar sensaciones
El equipo blaugrana, plagado de suplentes, acabó con el sueño del Ceuta con una goleada.
Con tantos cambios como introdujo Xavi respecto a su once favorito, estaba por ver como se resentiría el equipo blaugrana ante el ímpetu de un Ceuta que contaba con una afición entusiasta, que una hora antes ya había llenado las gradas del Alfonso Murube al grito de “sí se puede”.
Al equipo de Xavi le costó entrar en el partido y el encuentro se fue espesando en un discurso en el que apenas pasaba nada reseñable. Sergi Roberto como mediocentro no encontraba la marcha adecuada al partido. Pablo Torre, como ante el Intercity, se ofrecía para todo y Kessié no es que contribuyera precisamente a aclarar nada. Más bien lo contrario.
En ataque, Lewandowski aguardaba su ocasión, Ferran Torres añadía otro primer tiempo para su colección de decepciones y únicamente Raphinha daba alguna sensación de peligro.
Sin pasar apuros, pero sin demostrar nada, el Barça corría el peligro de dejar que el rival se fuera creciendo. El público, pese al tostonazo de partido, en cambio, se lo pasaba en grande. Todos los clásicos de la animación se escenificaban en el Murube. Desde el “a por ellos” al “hola fondo norte, hola fondo sur”, que ante la temperatura de la noche podría haber sido perfectamente “hola Polo norte, hola Polo Sur”. Tampoco faltó la coreografía de los móviles ni la ola.
Era más activo el público que el Ceuta, que tenía en las arrancadas de Jota, la pausa de Reina y la amenaza de Rodri sus únicas opciones.
La única aproximación de los locales fue del ex delantero del filial blaugrana, que remató un saque de esquina en el primer palo. Poca pólvora, en definitiva.
En escenarios tediosos como éste, al final se acaba imponiendo una acción individual y en ese escenario, el Barcelona tenía casi todos los ases de la baraja.
Raphinha, en el minuto 41, logró el premio a su insistencia y al hecho de haber sido el más destacado del partido al marcar con una rosca marca de la casa. Anteriormente, lo había intentado por la banda izquierda. No es que el brasileño ofreciera un recital, pero comparado con la producción de sus compañeros parecía Ryan Giggs.
En la segunda parte, Xavi dio entrada a Gavi por Pablo Torre en busca de más intensidad.
El Barcelona, fruto de la inercia, acabó por abrir diferencias con un gol de Lewandowski a los 50 minutos. En esta ocasión, el polaco salió de su guarida para aprovechar un pase de Kessié tras un error tremendo del Ceuta en la salida de balón.
Con el 0-2, el Barça tenía el partido en su mano y el Ceuta ya vio que con toda probabilidad su camino ejemplar en la Copa empezaba a terminarse. Hasta Ferran Torres compareció en el partido, pero su proyecto de mejora se vio cortado porque Xavi le envió al banquillo y sacó a Ansu para la última media hora,. El canterano tardó 10 minutos en marcar su gol en una jugada individual que sirve para reafirmar su confianza.
Sin demasiados agobios, el Barça completó la faena con otros tantos de Kessié y Lewandowski y sigue instalado en el optimismo de la nueva era sin desgastar a sus piezas más importantes consciente del calendario que se avecina.