La Juve toca fondo

Los bianconeri agravan su crisis cayendo en Turín ante el gran Monza de Palladino, otra intuición de Galliani y Berlusconi. Los de Allegri marchan en el puesto 13.

Mirko Calemme

As

El desastre de la Juventus parece no tener fin, dentro y fuera del campo. La racha de ocho triunfos consecutivos sin ni un gol en contra se acabó con el 5-1 de Nápoles y, a partir de allí, ya nada volvió a funcionar. Los bianconeri, además del -15 en los juzgados por las plusvalías ficticias, encadenaron el batacazo de Nápoles (que llegó antes de la sentencia), un empate a tres con el Atalanta y hoy cayeron ante el Monza, que con Palladino está brillando como nunca en su historia. El entrenador fue una intuición de Galliani y Berlusconi, no tenía experiencia y se estrenó justo ante los turineses, logrando un triunfo legendario en el partido de ida. El napolitano lo volvió a hacer, batiendo a la Vecchia Signora en el Allianz Stadium con buen juego en la primera parte y aguantando gracias a los paradones de Di Gregorio en la segunda. Era desde 2013 que un equipo del Calcio no tumbaba a la Juve en las dos vueltas del campeonato y con este triunfo el Monza suma seis jornadas sin derrotas y supera en la clasificación justo a los de Allegri, que ahora marchan en el puesto 13.

Los brianzoli empezaron muy fuerte, aprovechando la pasividad de los bianconeri, que salieron de inicio con Di María y Kean arriba. Tras un gol anulado a Caprari por fuera de juego, los visitantes se adelantaron en el 18′ gracias a un pase al hueco de Machin para Ciurria, que fulminó a Szczesny en su poste. Antes del descanso el Monza alargó su ventaja con una espectacular cabalgada de Carlos Augusto, que puso a Dany Mota solo delante del guardameta rival, al que regateó antes de empujar el balón entre palos.

Allegri sacó del banquillo a Milik (que acabó el enfrentamiento lesionado) y Vlahovic, por primera vez disponible desde octubre, aumentando la fuerza ofensiva de los suyos. Allí, sin embargo, apareció varias veces un Di Gregorio monumental, que con varias intervenciones (la más espectacular, ante Di María) cerró su portería y condenó a una Juve cada vez más en crisis no solo por el escándalo de las plusvalías ficticias. En las últimas tres jornadas, los bianconeri encajaron 10 goles: su solidez ya es un recuerdo.