La Copa devuelve la ilusión al Atlético
El equipo rojiblanco recupera sensaciones y avanza en el único título que tiene al alcance. Oblak no encaja, Llorente marca, Griezmann y Barrios brillan...
La Copa apetece
La afición siempre está. Necesita poco para ilusionarse. Y el título copero ha sido tradicionalmente muy atractivo para los seguidores colchoneros, y más tras unos últimos años de muy pocas alegrías y competitividad. En Oviedo pudo verse la comunión de los jugadores con unos desplazados entregados. Ya en Almazán e incluso ante el Arenteiro los seguidores atléticos se dejaron ver y escuchar. La grada atlética quiere la Copa y es una motivación extra para la plantilla.
Racha positiva
Con su victoria en el Carlos Tartiere, el Atlético suma por primera vez esta temporada cuatro victorias consecutivas. Y, pese a que tres de sus rivales han sido de categoría inferior, da moral y energía para lo que viene. Ganar lleva a ganar y no hay mejor sensación para recuperar el ambiente y la confianza de cara a la segunda vuelta de la temporada.
Al ritmo de Griezmann y Barrios
Simeone reconocía antes de volver a la competición que tener unas semanas para parar, seguir el Mundial y reflexionar le habían resultado de utilidad. Y su apuesta es clara: línea de tres centrales, Griezmann liberado como en Francia y ejerciendo como el generador del fútbol del equipo y oportunidades para Barrios, que sigue tirando la puerta abajo. El centro del campo es más similar al del último título de Liga y acerca la posesión y ser más reconocible.
Portería a cero
En el Atlético de Simeone, los buenos resultados han ido de la mano de una defensa fuerte y una retaguardia solvente. Y pese a que todavía hay ciertas dudas cuando los rivales aprietan en ataque, dejando demasiadas facilidades para el remate, Oblak ha conseguido encadenar dos partidos seguidos sin encajar por segunda vez en todo el curso (la anterior fue contra Brujas y Athletic). Una diana en contra en cuatro partidos.
Llorente vuelve al gol
Con Griezmann de pieza angular del juego del equipo, la posesión tiene mucho más sentido y el fútbol se hilvana en el medio. Sin embargo, el francés no puede hacerlo todo y sus cifras de cara a puerta bajan. Y ahí es importante contar con aliados. Con la vuelta de Nahuel Molina al carril derecho, Llorente jugó en el medio y marcó. Recuperar su llegada es clave.