Hazard, el hombre invisible
El belga parece irrecuperable: contra el Cacereño tuvo cero remates y cero regates. Tampoco provocó ninguna falta. Terminó desesperando a Ancelotti.
En el Real Madrid insisten en que volvió de Qatar con una disciplina de trabajo, especialmente en el gimnasio, nunca vista en él en Valdebebas. Ha habido momentos en el que estilo de vida despreocupado del atacante le pasó factura en el tallaje, pero a Hazard no le ha abandonado ahora el físico; es el fútbol el que le la dicho au revoir. Contra el Cacereño, ni un disparo, tampoco un regate para agitar algo. Aunque llevaba tres meses sin ser titular con el Madrid, Hazard vio que era un partido tosco, de mono y llave inglesa, y dimitió de primeras. Fue el que menos intervenciones (24) en el juego tuvo de todos los titulares blancos y lo redondeó, en negativo, con cero remates, cero regates y cero faltas provocadas. Fue invisible.
El Madrid cuenta los días para poder librarse del mostruoso contrato que le ata a Hazard, que sigue siendo el mejor pagado, de largo, del equipo y el vínculo está vigente hasta 2024. Ancelotti intentó en el Príncipe Felipe lanzarle un salvavidas mediático (“Este tipo de jugadores sufre en estos partidos, ha cumplido”) y Hazard podría haberse abrazado como un náufrago a esa coartada, el césped, pero Rodrygo se la desnudó con su golazo. Si hay chispa, velocidad y confianza, ni los topos te frenan. Y Eden no funciona sobre el tapete del Bernabéu, en los de fuera sean mejores o peores y probablemente tampoco en el jardín de su casa. “Maradona jugaba en campos de barro”, remató Carlos Ordóñez, presidente del Cacereño, tras el partido.
Hazard no había jugado esta temporada más de una hora en ningún partido con el Madrid y su entrenador intentó ‘estirarle’ el partido contra el Cacereño esperando alguna reacción, pero en el 67′ desistió. Fue significativo. Con 0-0, el italiano prefirió hacer debutar al castillista Álvaro Rodríguez (18 años). Un minuto después, la genialidad de Rodrygo. El futuro le dice adiós al pasado.