El belga suma ya nueve encuentros ante el Barcelona, entre todas las competiciones, sin aparecer un solo minuto.
Agustín Martín
As
Como
el resto de sus compañeros, Eden Hazard (32 años) subió al entramado
para recibir su medalla de subcampeón. El belga hizo el pasillo delante
de todos y acabó situándose junto con el resto de sus compañeros. Con
cara de circunstancias, observaba la escena desde la distancia... Y no
es para menos. Era su noveno Clásico que veía sin participar ni un solo segundo.
Desde su llegada, el partido por excelencia de fútbol interclubes veía
cómo el llamado a ser uno de sus grandes protagonistas no tenía ni una
sola oportunidad de disputarlo en el terreno de juego.
Hazard
llegó como relevo a Cristiano un año después de la salida del
portugués, pero tras casi cuatro años sigue sin disputar un solo Clásico. Los cinco primeros se los perdió por sus lesiones:
en 2019 se perdió los dos Clásicos ligueros por la fisura que sufrió en
el tobillo ante el PSG. Estuvo cerca de jugar el Clásico del Bernabéu,
pero se resintió una semana antes del encuentro (derrota ante el Levante
en Valdebebas). En la campaña 2020-21, sufrió una lesión muscular en la
pierna derecha a principios de esa temporada, aunque entonces no
trascendió la zona en la que se produjo la lesión: estuvo 25 días de
baja y se perdió cinco partidos, entre ellos el Clásico del Camp Nou. El
encuentro de vuelta, celebrado en el Di Stéfano, también se lo perdió
por otra lesión muscular.
Ya recuperado, Eden
se ha perdido los siguientes cuatro Clásicos por decisión de Ancelotti,
que lo ha tenido en el banquillo sin contar con él en ningún momento.
Le pasó en la Supercopa del año pasado, donde el Madrid se impuso
(2-3), ni en el Clásico del Bernabéu (3-1), ni tampoco en la victoria
culé en el coliseo blanco (0-4). Ni tampoco el domingo...
El tiempo pasa y no hay noticias de Hazard.
Eso es lo peor que le puede pasar a un jugador que venía para ser el
estandarte en la etapa postCristiano. Ante el Villarreal, en Copa, este
jueves podría tener una nueva oportunidad de demostrar todo el talento
que se le atribuye. Es una final para el Madrid. Sería tremendamente
duro perder dos torneos en apenas cuatro días de diferencia, y más la
Copa, un título que el Madrid no conquista desde 2014, cuando los goles
de Di María y Bale superaron a un Barcelona que venía lanzado a ganar
tanto la Liga como la competición copera.