GIRONA 0 - BARCELONA 1 / Pedri salva una tarde de infarto
El Barça afianza el liderato en un partido para olvidar, que gana pidiendo la hora, jugando sin delanteros y con la lesión de Dembélé. El Madrid, a seis puntos con un partido menos.
Si a eso le añadimos dos entrenadores como Míchel y Xavi Hernández, que empujan a sus equipos a ser protagonistas, parecía que el duelo tenía todos los ingredientes para ser un monumento al fútbol. La primera parte, muy acorde con la hora del partido y el clima, se erigió en cambio, como monumento a la siesta. Con mantita.
Entre que al Girona le faltaban los centrales titulares, lo que se tradujo en que eso de sacar la pelota jugada desde atrás se dejaba si tal para otro día. Mucho más porque ya en el minuto quince Gazzaniga se hizo un lío y Ansu le robó el balón, pero Dembélé no supo embocar.
Fue esta una de las pocas acciones que protagonizó el extremo francés, soberbio hace tres días en la Copa ante la Real Sociedad y que en Girona regresó a la zona con la que se le sigue identificando mayoritariamente tras 170 partidos de blaugrana. Empezó el partido espesísimo, falló la ocasión citada al cuarto de hora y a la primera carrera en la que desafió a su defensa ya pidió el cambio. Se llevaban 2 minutos y Ousmane devolvía a sus corifeos a la casilla de salida. Xavi, su principal valedor ya lo había advertido en la previa: “Aún no se ha lesionado, pero las lesiones pasan”. Han pasado.
Entró por Ousmane Pedri, porque Xavi de entrada no se atrevió con Alarcón. Más delanteros no le quedaban en la recámara ante las sanciones de Lewandowski y Ferran, por lo que la responsabilidad ofensiva para los barcelonistas recaía en un Ansu muy alejado de la zona caliente y un Raphinha al que se le tiene que pedir más. El brasileño alternó centros surrealistas que sólo eran posibles en su mente con otros, que salían bien, pero que Ansu no aprovechaba.
En la segunda parte, Xavi retiró a un Marcos Alonso que se supone que salió como titular porque debía constar en una de las cláusulas de su reciente renovación para dar entrada a Alba. Le quedaba al Barça 45 minutos para arreglar lo que pintaba a partido para olvidar. O como mínimo, para despertar a la parroquia si es que alguien quedaba despierto ante la televisión. A los presentes, el frío los mantenía activos.
Pero a pesar de estar en el campo y en movimiento, el que se durmió fue Juanpe en una salida de balón desde la zona de lateral que perdió un balón mortal de necesidad. Lo recuperó De Jong, que le dio continuidad apara Busquets, quien habilitó a Alba que centró para que Pedri empujara el balón a la red en un gol marca de la casa.
A partir del gol del Barcelona, se desarrolló el guión habitual: el Barça se arrugó por enésima vez y el Girona puso cerco a la portería culé. Araújo le quitó un gol a Stuani, Eric compró todas las papeletas para el penalti sobre Stuani, pero Muñiz Ruiz no vio premio y el Girona, por inercia, encerraba a un Barça. Xavi perdía años de vida en la banda. Pero los sustos durarían hasta el final. Entonces ya nadie se dormía. Iván Martín falló un gol cantado con todo a favor y Toni Villa volvió a perdonar minutos después. El Barça era un flan y Xavi optó por acabar sin delanteros y achicando agua con unos minutos finales inaceptables. Pero líder.