Fórmula 1: Mercedes, de un auto peligroso a las expectativas para el nuevo curso
El director de ingenieros de pista Andrew Shovlin afirmó que manejar el modelo W13 resultó intolerante en algunos circuitos; Red Bull Racing apunta que las Flechas de Plata serán los principales rivales en 2023, aunque desde Brackley prefieren ser medidos con la perspectiva
El estreno en el Gran Premio de Bahrein se presentó engañoso, con las Ferrari de Charles Leclerc y Carlos Sainz Jr. al frente y Hamilton como tercer integrante del podio en el circuito de Sakhir. Red Bull Racing arrolló en la temporada con Max Verstappen y no sumó el 1-2 con el mexicano Sergio Checo Pérez en el Mundial por una rispidez interna, esas que Toto Wolff logró manejar como jefe de las Flechas de Plata, a excepción del estallido de 2016, cuando Nico Rosberg y Hamilton desataron una tormenta en la pulseada por la corona. Pero el ciclo 2022 descubrió patas para arriba a la fórmula que encadenaba éxito en el pasado reciente: Wolff perdió la sonrisa en el pitwall y Hamilton vivió una pesadilla en la butaca del auto N°44.
El porpoising, la sensación de rebote del auto en el asfalto que provocó el efecto suelo, azotó a la mayoría de las escuderías, aunque Mercedes resultó la que más tiempo se demoró en descubrir las soluciones. Para cuando tuvo la fórmula, el calendario estaba ofreciendo sus últimas hojas y la temporada enseñaba saldo negativo en las estadísticas. Las quejas de Hamilton hicieron saltar las alarmas: “La carrera más dura y dolorosa de mi vida. No quiero tener este rebote de nuevo en mi auto, en más de una oportunidad casi me voy contra el muro. Tenemos preocupación por motivos de seguridad”, apuntaba el británico, que dejó una estela, luego del Gran Premio de Azerbaiyán.
Detrás asomaron las críticas de compañeros de grilla, la más cruda la que expuso Pierre Gasly (Alpha Tauri): “Mis vértebras se resienten. Literalmente, no tenemos suspensión, solo son golpes que recorren la columna vertebral. El equipo me pregunta si podemos comprometer la puesta a punto, pero yo comprometo mi salud por el rendimiento. Somos pilotos y siempre vamos a querer el auto más rápido, pero no creo que la FIA deba ponernos en un aprieto en el que tengamos que negociar entre la salud y el rendimiento. Pedimos soluciones para evitar que terminemos con un bastón a los 30 años”, arremetió el francés, que en 2023 estará en Alpine.
“Hubo algunos circuitos difíciles, en los que sabíamos que el auto que les dimos en Bakú [la queja altisonante de Hamilton], Montreal, Imola… estaba al borde lo peligroso”, expuso el director de ingenieros de pista, Andrew Shovlin, reconociendo que el W13 resultó un chasis indómito. Aquella aparición de un auto prácticamente sin pontones significó un globo de ensayo que no prosperó de parte de los ingenieros James Allison y Jeff Owen. Cuando en Milton Keynes observaron el diseño no se dejaron impresionar, mucho menos el mago Adrian Newey, que todavía diseña sobre tableros y es quien marca las tendencias aerodinámicas en la F.1.
“Escapar de la definición de 2021 era un desafío para Lewis [Hamilton] y él sabía cómo quería responder el año pasado, pero no pudimos darle el auto que le permitiera desempeñar ese papel, estar a la altura. Fueron momentos difíciles para todos en el equipo, pero el proceso para superar el obstáculo fue uno de los mayores desafíos a los que nos tuvimos que enfrentar. Mantenernos unidos y trabajar juntos hizo que nos superemos: la experiencia servirá para el futuro”, deslizó Shovlin, que imagina un auto competitivo en 2023: “Con suerte podremos ir por un nuevo reto y esperemos que sea luchar para volver al frente y pelear por campeonatos”.
En Red Bull Racing fue el inefable Helmut Marko, asesor de la escuadra de Milton Keynes, quien visualiza a Mercedes como principal rival en 2023. “Son el equipo más estable y tienen a Hamilton. Estuvieron en baja el año pasado, pero siguen siendo un equipo especial. Como paquete, son mucho más fuerte que Ferrari”, expuso el austríaco en declaraciones a Auto Motor und Sport. El vaticinio, sin embargo, no enceguece a las Flechas de Plata. “Creo que entendimos cómo retrocedimos, donde están las deficiencias y dónde tenemos lagunas de comprensión. Cuando lleguen los test [en Bahréin, del jueves 23 al sábado 25 de febrero] veremos sui desbloqueamos el potencial que siempre creímos que tuvo el auto”, puntualizó Wolff.
“No hay ninguna duda de que cuando se empieza a medio segundo por detrás es difícil emparejar a organizaciones tan grandes como Red Bull Racing o Ferrari. Nosotros creemos y estamos decididos a conseguirlo, pero necesitamos mantener nuestras expectativas, ser realistas. Tal vez nuestra cuenta pendiente de desarrollo sea más pronunciada en los próximos meses o quizás los huecos aparezcan como en el final de la temporada pasada”, advirtió el jefe de Mercedes, que tuvo la mejor performance en Interlagos, Brasil, con los triunfos de Russell en el Gran Premio de San Pablo y en la Carrera Sprint; dos semanas antes, en el circuito Hermanos Rodríguez, de Ciudad de México, las Flechas de Plata habían evidenciado una mejoría en las pruebas de clasificación, aunque no pudieron doblegar a Verstappen en la carrera.
De un 2022 que resultó un martirio a una nueva temporada que reabre la perspectiva. El 15 de febrero próximo, Mercedes presentará en sociedad en Silverstone el W14. Doce días antes, Red Bull Racing ofrecerá en Nueva York, el RB19, el auto a derrotar y con el que Verstappen pretende continuar dominando en el Gran Circo.