DAKAR | ETAPA 11 | FARRÉS / “Otra vez el Dakar te da con la mano abierta”

Farrés sufrió “otro problema mecánico” en el momento menos oportuno. Luchaba por el Toaureg, pero perdió una hora en la reparación: “Esta carrera no perdona”.

Carmen Ruiz
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Farrés se lo vio venir y eso que ni siquiera sabía qué se iba a encontrar en un temido ‘Empty Quarter’ que acabó sin ser para tanto. El catalán cementaba después de su primera victoria en este Dakar que había que ser precavidos por los problemas mecánicos que podían arruinar la carrera y aunque estimaba la pérdida alrededor de unos 15 minutos, su avería le hizo penar con una hora frente al ganador Baciuska. Una pieza sin repuestos que nunca se rompe, acabó siendo la culpable de todo. “Un ventilador que no cuesta nada se ha roto con las vibraciones”, explicaba Farrés, algo alicaído después de un duro golpe: “Otra vez el Dakar te da con la mano abierta”.

El desierto no ha sido generoso con un piloto que hace tan solo un año dejó escapar su triunfo para asegurarse su regreso. Y parece ser que ni siquiera hace favores hacia aquellos que hacen más bonita todavía la competición. Comenzó bien la jornada, con una diferencia máxima de tres minutos frente al líder, pero a 68 kilómetros de llegar a la meta y dejar atrás a las dunas, se truncaron las cosas. El ventilador dejó de funcionar, hizo “que el coche se calentara y perdiera agua”. A partir de ahí empezó otra carrera, la de reparar una avería que casi fue un calvario: “Hemos tenido que ir parando y arrancando hasta que hemos encontrado un coche con agua y le hemos podido pedir. Diego luego hizo un invento que nos ha permitido llegar”.

“Al final dejas de luchar por la victoria, pero estás aquí”, comentó para inmediatamente después de haber bajado del coche, preguntar rápidamente cómo quedaba la clasificación tras este contratiempo. Farrés quiere saber cuáles son sus objetivos a partir de ahora, después de que “cualquier tontería que no controlas te deje fuera”, y recuerda que “esta carrera no perdona”: “Puedes estar enchufado, lo estábamos, pero no depende de nosotros”. Lo que sí depende es levantar la cabeza por todo el trabajo bien hecho durante una edición que les deja repletos de “rabia e impotencia” a tres días para el final. 

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