Cuatro jugadores de adorno
Hazard, Odriozola, Vallejo y Mariano se quedaron sin jugar la final de la Supercopa y tienen un papel irrelevante en la plantilla de Ancelotti.
El caso más significativo es el de Eden Hazard. Quien en 2019 llegara para ser el nuevo galáctico, auguró la pasada primavera durante la celebración de la 14 en Cibeles que esta campaña, tras tres temporadas de lesiones y decepciones se vería su mejor versión. Ni se ha visto esa versión ni casi al propio Eden. El belga lleva sin jugar en Liga desde el 11 de septiembre y ha visto la Supercopa entera desde el banquillo. Lleva apenas 297 minutos, una octava parte (el 12,5%) de los posibles.
La lesión de Benzema en Glasgow parecía ser el punto de inflexión en ese renacido Hazard que anunció ante la diosa. Ancelotti, que en pretemporada ya había ensayado con él como 9, le colocó como sustituto de Karim. Jugó una hora en Escocia (marcó el 0-3 definitivo) y otra hora, como titular, en el partido siguiente contra el Mallorca. Y poco más se supo. Sus discretas actuaciones y el gran rendimiento de Rodrygo pronto esfumaron las esperanzas. Desde entonces sólo ha intervenido en tres partidos: titular contra el Shakhtar en Varsovia (57′) y ante el Cacereño en Copa (68′) y los 14 minutos finales en Leipzig. Ni siquiera la selección de Bélgica supuso un bálsamo. Los red devils cayeron a las primeras de cambio con Hazard suplente en el tercer partido, tras el cual anunció su retirada de la selección.
La situación de los otros tres es aún más extrema. Entre todos ellos no suman ni la mitad de los minutos de Hazard: se quedan en 132′. Mariano, reticente una temporada más a su salida y que acaba contrato en junio, ha quedado relegado a enésimo delantero centro. Lleva 25 minutos (el 1,055% de los posibles) salpicados en cinco partidos. Vallejo ha aparecido en dos encuentros: 56 minutos repartidos entre el último partido de la fase de grupos contra el Celtic con todo decidido (17′) y contra el Cacereño en Copa (39′) cuando se lesionó Odriozola. El donostiarra, que sólo ha jugado los 51 minutos que aguantó sobre el césped del Príncipe Felipe, ha sido el jugador que se ha quedado en la grada en los dos únicos partidos en los que Ancelotti tuvo que hacer un descarte: contra el Eintracht en la Supercopa de Europa y frente al Valencia en la semifinal de la Supercopa de España.