Alarma en el PSG
El nivel defensivo del equipo a falta de dos semanas para enfrentarse al Bayern es preocupante. Ni Marquinhos ni Ramos están a su mejor nivel ahora mismo.
La posible incorporación
de Skriniar, que ya tiene un acuerdo con el PSG, supondría un salto
cualitativo gigante a una defensa que siembra inseguridad en cada
partido. En el primer partido del año, en Lens, el líder de la Ligue 1
perdió por 3-1 y Ramos quedó expuesto, sobre todo a campo abierto.
Después llegó la derrota en Rennes, 1-0, y el amistoso en Riad contra un
combinado de jugadores del Al Hilal y el Al Nassr en el que encajó
cuatro goles. Era un amistoso, pero los problemas se multiplicaron.
A Ramos, que no ha renovado con el PSG y la eliminatoria contra el Bayern va a supeditar su ampliación de contrato, hay que añadirle el flojo rendimiento de Marquinhos. Señalado en la eliminación de octavos contra el Real Madrid la temporada pasada, el brasileño, capitán del equipo, cuestionado por su liderazgo, ha experimentado un bajón, tanto anímico como deportivo, y los aficionados le han reprochado recientemente que no se haya recuperado de la dolorosa eliminación contra los blancos.
En París, las dudas vuelven a estar presentes a pocos días de decidir el devenir del proyecto. Porque, si llega Skriniar, a Galtier le aliviarían un dolor de muelas que lleva perdurando muchos años. Con el eslovaco, el técnico podría volver al sistema de tres centrales que tanto le funcionó en el comienzo del curso. O, si así lo desea, podría sentar a Ramos o Marquinhos, enviándoles un órdago para que se pongan las pilas. A priori, el debate es vacío, ya que el todavía jugador del Inter todavía no ha fichado por el PSG. Pero cuando llegue, que lo hará, posiblemente en enero, ya que ambas partes han intensificado las conversaciones en las últimas horas, la titularidad en la defensa será tema de conversación hasta el 14 de febrero, día en el que arranca la eliminatoria frente al Bayern.
El PSG ha encajado 15 goles en 20 jornadas de Ligue 1. Son datos positivos, pero la dejadez con la que la plantilla ha afrontado este inicio de año es preocupante. Galtier pide tiempo, achaca los errores al poco tiempo que ha tenido después del Mundial para juntar a todos sus futbolistas, pero si algo brilla por su ausencia en la capital francesa es el tiempo. El Bayern, que tampoco está en un momento idílico, se frota las manos con los problemas defensivos de su rival en los octavos de la máxima competición continental.