Alaba no es Alaba
El austríaco está atascado esta temporada y, a pesar de mantener su importancia para Ancelotti, no termina de despegar. Una lesión le impide recuperar el vuelo en la Supercopa.
Con sus acciones, Alaba acumula un valor de 0,10 por 90 minutos. Es decir, ayuda a que el Madrid marque o evite un gol más de los esperados cada 10 partidos. Por poner en contexto, la temporada pasada finalizó con 0,275, generando un tanto para el equipo blanco cada 3,6 encuentros. ¿Su techo? La 2020-21 con el Bayern, la última en Múnich, donde se despidió con un valor de 0,36 (un tanto a favor de su club cada 2,8 partidos). ¿Su suelo? La mencionada 2016-17, donde el 0,27 le hizo generar un gol cada 3,7 partidos, ligeramente por debajo de su primer año en el Paseo de la Castellana.
El austríaco empezó la temporada actual como pichichi, con tantos al Eintracht en la Supercopa de Europa y al Almería en Liga. Anécdota el encabeza la tabla goleadora, pero le hacía arrancar la campaña con la misma alegría con la que terminó la pasada. No obstante, a partir de ahí, se está viendo a un Alaba desconocido. En lo cuantitativo, suma los dos citados goles, tres asistencias y ha disputado 1.806 minutos en 23 partidos. Ya sea como central (16 encuentros) o lateral izquierdo (7), Carletto confía en él. De hecho, es el tercer futbolista más utilizado. Pero es en lo cualitativo donde Olocip pone números a las sensaciones que se deslizan de sus actuaciones tambaleantes.
Bajón en la construcción
Esta temporada, Alaba no está logrando aportar la seguridad y el poso que se le presupone. Y especialmente reseñable es el bajón que está experimentando en una tarea donde lleva años sentando cátedra, la salida de balón. Si Militao era el físico, Alaba era el talento para iniciar el juego de los de Ancelotti. Su excelente capacidad de construcción era el valor que le colocaba entre los mejores defensas del mundo. Un valor que se ha visto reducido a la mitad con respecto a su, hasta ahora, peor curso. Del 0,12 de la 2016-17, al 0,06 de la actual. Y a años luz del 0,23 de la 2019-20. Alaba se está mostrando menos certero y más impetuoso que habitualmente y eso se refleja en este tobogán de rendimiento.
A caballo entre el centro de la defensa y el lateral izquierdo, ese polivalencia está siendo arma de doble filo para Alaba. Con la llegada de Rüdiger, se barruntaba el regreso del vienés al carril del ‘3′, para dar acomodo al alemán y desplazando a un Mendy sobre el que había dudas. La temporada ha dibujado dos realidades: sólo la rotación ha apartado al francés de la titularidad y, por otro lado, el rendimiento de Alaba en el costado zurdo no está cumpliendo con la expectativa. Ni el uno ni el otro convencen al 100%, de ahí que, tal y como informó AS, Alphonso Davies aparezca como objetivo para 2024.
Contratiempo para iniciar el año
En el presente, la Supercopa de España se presentaba como la primera gran oportunidad de Alaba para recuperar su nivel. Ausente en el Mundial al haberse quedado Austria en la orilla, tuvo un parón alegre. Con su selección disputó dos amistosos, ante Andorra e Italia, coronados con un zapatazo de libre directo que ajustició a la Azzurra. Antes del reestreno, alzaba su noveno galardón a futbolista del año en su país y contra Valladolid y Villarreal disputaba los 180 minutos. Solamente se perdió el choque copero en Cáceres, donde Ancelotti dio descanso a sus futbolistas más importantes. Pero con el viaje a Riad a la vuelta de la esquina, una lesión en el sóleo le ha impedido subirse al avión. Sobre el papel, entre tres y cuatro semanas de baja. La peor manera de empezar un 2023 donde Alaba busca reencontrarse a sí mismo.