Trofeo Jules Rimet: así era la primera copa para los campeones del Mundial de fútbol
Nos remontamos a los inicios del mayor campeonato futbolístico que existe
Desde que se disputase la primera Copa del Mundo en el año 1930, la imagen más llamativa en todas las ediciones ha sido la fotografía del equipo ganador en la que aparece el trofeo que acredita esa virtud. La Copa del Mundo que todos tienen en la mente es la que ganó España en el año 2010 en Sudáfrica y que actualmente se reparte.
Pero la realidad es que la imagen representativa no siempre ha sido la misma, y de hecho, en su origen era diferente. En un primer momento, el trofeo que se le entregaba al campeón del mundo era el conocido Trofeo Jules Rimet.
Sus medidas eran 35 cm de altura y un peso de 3,8 kg. Estaba formado por un copa octogonal que estaba sustentada por una figura que representaba a la diosa griega de la victoria, Niké, haciendo referencia al primer nombre originario del trofeo.
Y precisamente recibe este nombre para honrar al que fuera presidente de la FIFA, Jules Rimet. El nombramiento se hizo en el año 1946 sobre una persona que contribuyó en gran medida para la fundación de la competición.
Un suceso que marcó la historia
Y es que la historia de los trofeos conmemorativos a los campeones mundiales cambió en el año 1966, ya que cuatro meses antes de que tuviese lugar la Copa del Mundo del 66 en Inglaterra, el trofeo fue robado. Afortunadamente, fue detectado una semana después en Londres, escondido entre una serie de setos de un jardín en la localidad de Upper Norwood.
Y esto marcó la historia porque a partir de ese momento comenzaron a realizarse replicas que se entregarían a los ganadores en lugar de la figura original. Iniciativa que continuaría a partir de 1974, cuando entró en escena el nuevo diseño.
