Sigue el martirio de los Warriors
91 puntos en la primera parte de los Nets contra unos Warriors destrozados. Paliza de récord. Los Sixers, también a más en el Este.
La última derrota, en Brooklyn, ha tenido miga por mucho que lo verdaderamente preocupante sea el plano general, el gran estado de las cosas en los normalmente serenos Warriors. Sin Curry pero también sin Klay Thompson, Andrew Wiggins (ocho partidos fuera, podría volver en Navidad), Donte DiVincenzo y JaMychal Green. Casi sin rotación y con Draymond Green desconectado desde muy pronto, consciente de que no era el día; Con Kevon Looney cargado de faltas y Jordan Poole errático (13 puntos, 17 tiros). Y en casa de unos Nets en pleno ascenso hacia el rango de los aspirantes (aunque sin Kyrie Irving). ¿El resultado? Previsiblemente malo. Pero malo, malo de verdad: 143-113… y gracias. El back to back de los Warriors se ha saldado con una derrota por 38 en el Madison y una por 30 en Brooklyn. El primer campeón al que le pasa algo así desde los Bulls de la 98-99, el primer año post Jordan, cuando el roster era un erial.
También es el primer campeón que pierde por 40 puntos al descanso de un partido. Porque, sí, los Warriors maquillaron en la segunda parte (algo) un marcador que era humillante después de dos cuartos: 91-51; 46-17 un primero que fue el mejor de siempre para los Nets y la mayor diferencia en un cuarto esta temporada en toda la NBA. Los 91 puntos al descanso son la tercera marca histórica: 107 de los Suns a los Nuggets en 1990 y 92 de los Warriors (con Kevin Durant, rival esta vez) a los Bulls en 2018.
En esa masacre del primer cuarto (+29) los Nets consiguieron sus 46 puntos con 15 asistencias en 17 tiros de campo anotados, 17 puntos en transición rápida, 13 ganados de 7 pérdidas de los Warriors, 7 triples anotados y un 74% total en tiros de campo. Abrumador, un paseo.
Ben Simmons puso el 95-51 nada más volver de vestuarios y los Nets, por suerte para su rival, sestearon el resto del partido, ya con Kevin Durant en modo relax (21 puntos en la primera parte, 23 en total) y nueve jugadores en dobles figuras de anotación. Los Warriors apilaron 21 pérdidas que dieron 36 puntos gratis a los Nets, defendieron con la intensidad de un All Star y vivieron casi con sarcasmo triste una noche de 30 puntos de James Wiseman, que aún así acabó con un -12 en pista. Una pesadilla para un campeón al que pronto se le pueden complicar mucho las cuentas. Y otra noche feliz para los Nets, quién iba a decirlo, que llevan siete victorias seguidas (ahora, la mejor racha de la NBA) y once en doce partidos. Y están 20-12, cuartos de un Este cuya cabeza tienen a dos partidos y medio.
Los Sixers también se suben al carro en el Este
Si los Nets llevan siete victorias seguidas, los Sixers suman seis… y ocho sin fallo en su pista, done empezaron con un muy mal 5-5. Los Pistons, el peor equipo de la NBA (8-26) y un alma en pena desde que se confirmó la baja para toda la temporada de Cade Cunningham, no fueron rival para los de Doc Rivers (113-93), que han cogido el tono y están 18-12, quintos del Este en un lote muy potente y en el que solo están (después de todos los problemas de lesiones que han tenido) a tres partidos y medio del liderato. Por detrás tienen a esos Knicks a los que se enfrenta el domingo, en el gran clásico de la Navidad, el partido más repetido en 25-D.
Todavía sin Tyrese Maxey, la pieza que les falta por recuperar, los Sixers han subido mucho las revoluciones en defensa, su gran seña de identidad. Con eso y un ataque lo suficientemente equilibrado, les bastó contra un rival en paños menores. No tuvieron que exprimirse esta vez ni Joel Embiid (22 puntos, 10 rebotes, 6 asistencias, 4 tapones) ni James Harden (15 puntos, 8 asistencias). En los Pistons, 18 puntos de Jaden Ivey, que al menos sigue aprovechando sus minutos para ganar aceleración en lo que debería ser una brillante carrera NBA.
Siakam destroza la racha de los Knicks
En la regular season de la NBA pasan estas cosas: los Knicks recibían en racha de ocho victorias seguidas (era la mejor de la Liga hasta esta noche) a unos Raptors que enlazaban seis derrotas y no ganaban a domicilio desde el 14 de noviembre. Y, sin embargo, los canadienses se llevaron la victoria (106-113) de un Madison Square Garden que tiene que anotar el nombre de Pascal Siakam en la lista de los que han hecho cosas grandes entres sus históricas paredes: el alero camerunés reventó su mejor marca de anotación (era 44) y terminó con 52 puntos a los que sumó 9 rebotes, 7 asistencias y un 17/25 en tiros. Una actuación increíble: 43 puntos en tres cuartos, 24 entre el segundo y el tercero (incluidos 17 seguidos para su equipo) y la principal razón, obviamente, de que las rachas de ambos equipos acabaron en este partido. Sigue habiendo una brecha de cuatro partidos entre los Knicks (sextos, 18-14) y los Raptors (décimos, 14-18).
Los Knicks recibieron 15 puntos más de los 98 que promediaban en contra en esta racha de victorias. Faltaba un jugador clave en su redescubierta defensa, Quentin Grimes. Y desde luego no fue la noche de Jalen Brunson (7 puntos, 3/14 en tiros, 12 asistencias). Julius Randle acabó con 30 puntos y 13 rebotes y Quickley con 20 puntos, y los Knicks estuvieron a punto de llevarse el partido. O eso parecía cuando convirtieron un -11 en un 102-101. Pero, aunque dejaron a Siakam en 9 puntos en ese último parcial, apareció Fred VanVleet con 10 y dos triples (28 en total) para romper la pésima racha de unos Raptors que siguen sin encontrar al Scottie Barnes del pasado curso y en el que OG Anunoby estuvo bien y Juancho Hernangómez fue titular, y con buenas sensaciones (4 puntos, 5 rebotes).
Paolo Banchero sigue escribiendo su historia
Dos partidos más con implicaciones en el Este: los Bulls ganaron in extremis a los Hawks (108-110) en un duelo de equipos en horas bajas, a los que nada parece irles bien. Los de Chicago, al menos, han enlazado dos triunfos justo cuando todo parecía desmoronarse y mientras afloran los rumores de derribo y reconstrucción con el nombre de Zach LaVine en todos los titulares. Sin embargo, y después de dejar escapar una ventaja de 18 puntos, salvaron el partido en Atlanta gracias a Ayo Dosunmu. DeMar DeRozan (28+6+5) falló un tiro muy difícil, bien defendido por Hunter, y el rebote que parecía sencillo para John Collins rebotó en el pecho del ala-pívot (por enésima vez con pie y medio fuera de los Hawks) y cayó en las manos de un Dosunmu que anotó el tiro ganador sobre la bocina. Un increíble final que castigó los problemas en el último cuarto de unos Hawks liderados por Trae Young (34 puntos, 6 asistencias) y que siguen lejos de parecer una alternativa en el Este (16-16, novenos). Los Bulls quedan en 13-18, a medio partido del play in. Vucevic sumó 20 puntos y 7 rebotes y el señalado LaVine, 22 con 5 asistencias.
En Houston, otro partidazo de Paolo Banchero, lo que ya no es noticia: 23 puntos y 13 rebotes para el número 1 del draft y victoria (tampoco es noticia) de los Magic (110-116), que siguen con su buen ritmo tras un pésimo inicio y están 12-21, a dos partidos y medio del play in del Este. Los Rockets siguen últimos del Oeste (9-22). Banchero ha metido al menos 20 puntos ya en 20 partidos (ha jugado 26 por ahora en este año rookie). Esto solo lo habían hecho antes Michael Jordan y Zion Williamson. Además, otro partidazo de Franz Wagner (25 puntos) contra unos Rockets descosidos y en los que Jabari Smith Jr, el número 3 del draft que fue favorito al 1 hasta última hora, no brilla por ahora demasiado (10 puntos, 5 rebotes). Usman Garuba jugó 13 minutos (no anotó y capturó 4 rebotes). Son siete victorias en ocho partidos para unos Magic que perdían por 15 (77-62) en la segunda parte.