Secuelas de la pandemia: cómo el COVID provocó alteraciones en la microbiota
Una investigación realizada por científicos norteamericanos detectó que la infección aguda por SARS-CoV-2 altera el equilibrio saludable entre los microbios buenos y malos en el intestino; más aún cuando se administraron antibióticos
El COVID es generado por un virus. Pero cuando los cuadros respiratorios evolucionan como críticos, es casi un protocolo que los expertos indiquen antibióticos. De este modo, se evita la coinfección de virus y bacteria, con un pronóstico que puede ser aún más sombrío. Lo cierto es que ya es conocido que los fármacos que atacan a las bacterias generan alteraciones en el equilibrio de estos microbios. Pero que el SARS-CoV-2 también lo haga, puso otro aspecto sobre la mesa.
Según el trabajo publicado en la revista Molecular Biomedicine, los científicos señalaron los primeros resultados de un estudio que aún está en curso y analiza el microbioma de pacientes y voluntarios que se encuentran en el Hospital Universitario Robert Wood Johnson, en New Brunswick. Diseñado para concentrarse en el microbioma, este estudio, que comenzó en mayo de 2020, evaluó qué ocurría en el intestino de los afectados, ya que muchos con “COVID-19 se quejaron de problemas gastrointestinales, tanto durante las fases agudas de su enfermedad como durante la recuperación”, afirmaron en un comunicado.
Para Martin Blaser, autor del trabajo, titular de la Cátedra Henry Rutgers de Microbioma Humano de la Universidad de Rutgers, y director del Centro de Biotecnología y Medicina Avanzada (CABM) de Rutgers, esta investigación se inició porque querían “obtener una comprensión más profunda al observar muestras que nos dieran una indicación sobre el estado del microbioma intestinal en las personas”. “Lo que encontramos fue que, si bien había diferencias entre las personas que tenían COVID-19 y las que no estaban enfermas, la mayor diferencia con los demás se observó en las que habían recibido antibióticos”, indicó el experto sobre el uso de antimicrobianos.
“El COVID-19 agudo induce disbiosis (alteración en la composición y/o funciones de los microorganismos) en la microbiota intestinal, con agotamiento de poblaciones particulares de bacterias comensales, un fenómeno intensificado por la exposición a antibióticos, pero los efectos generales no persisten después de la recuperación”, indicó el documento.
Según resaltaron los expertos, cuando el COVID se convirtió en pandemia y antes de la llegada de las vacunas y otros fármacos para su tratamiento, los profesionales indicaban el uso de antibióticos como una práctica regular. El objetivo, según Blaser, era evitar las infecciones secundarias. Sin embargo, no se tomó en cuenta cómo estos medicamentos afectan a la microbiota intestinal.
Según el además profesor de medicina, patología y medicina de laboratorio en la Escuela de Medicina Rutgers “Robert Wood Johnson”, los humanos cuentan con amplias y diversas poblaciones de microbios, los cuales residen en el tracto gastrointestinal, la piel y otros órganos, aunque el mayor número de éstos se encuentra en el colon. Casi a diario, y durante las últimas décadas, nuevos datos se suman sobre el rol del microbioma en la salud humana, el cual permite un mayor bienestar ya que interactúa con el metabolismo, el sistema inmunitario y el sistema nervioso central.
En palabras de Blaser, el microbioma tiene muchas funciones diferentes: “Uno es proteger el cuerpo humano contra los patógenos invasores, ya sean bacterias, virus u hongos”, un avance del organismo que fue impulsado por unos “mil millones de años de evolución”. Es por eso que resaltó que, cuando se pierde el equilibrio entre estas bacterias benéficas y los patógenos en el microbioma de una persona, surgen problemas de salud y la ya advertida disbiosis.
El modo de conocer cómo ocurría este comportamiento, según detallaron, fue analizar microbiomas “midiendo poblaciones de microorganismos en muestras de heces tomadas de 60 sujetos”. “El grupo de estudio estaba formado por 20 pacientes con COVID-19, 20 donantes sanos y 20 sujetos recuperados de COVID-19″, profundizaron en un comunicado.
En su análisis, los expertos encontraron “grandes diferencias en los números de población de 55 especies diferentes de bacterias al comparar los microbiomas de pacientes infectados con los pacientes sanos y recuperados”. Asimismo, indicaron que los próximos pasos serán “continuar probando y rastreando los microbiomas de los pacientes en el estudio para determinar el efecto a largo plazo en los microbiomas individuales de COVID-19″.
“La investigación adicional de los pacientes mejorará la comprensión del papel del microbioma intestinal en la progresión y recuperación de la enfermedad COVID-19″, dijo Blaser; y concluyó: “Estos hallazgos pueden ayudar a identificar objetivos microbianos y suplementos probióticos para mejorar el tratamiento”. Y finalizaron: “El trabajo puede conducir al desarrollo de suplementos probióticos para corregir cualquier desequilibrio intestinal en futuros pacientes”.