Pelé, en el Cosmos: de la ruina al legado
La estrella brasileña salió del semi retiro para jugar con el Cosmos durante tres temporadas. Debutó el 15 de junio de 1975 con un gol y una asistencia en el empate (2-2) ante el Dallas Tornado.
Su plan era vivir una vida tranquila en la ciudad con su mujer y dos hijos. Pero todo cambió cuando, según el propio Pelé cuenta en su biografía “Pelé: A Importância do Futebol”, publicada en 2013, el ya exjugador recibió una visita de su contable. “Me acuerdo como si fuera hoy el momento que él entró en casa. Sudaba profundamente. Estaba pálido, parecía que se iba a desmayar. Sentí que algo pasaba e hice una broma: ‘¿Cuántos millones tenemos todavía?’. Y casi tuve que llamar al médico tras su respuesta: ‘Mire, usted, es que es complicado’…”, cuenta Pelé en el libro, explicando el momento en que el se enteró que estaba arruinado.
No quedaba otra, que volverse a vestir de corto y salir de ese semi retiro ya que en algunas ocasiones concretas se calzaba las botas para jugar partidos no competitivos con el Santos. Pelé había perdido prácticamente todos sus 41 inmuebles, bloqueados por los bancos tras una serie de inversiones mal hechas en al menos seis empresas que se endeudaron bajo malas gestiones desde finales de los años 60.
Con 33 años, tres títulos Mundiales, Pelé se vio en una situación crítica. Tenía que volver a jugar. Y la salvación vendría desde el sitio menos probable, uno de los poquísimos países del mundo donde el fútbol era un deporte minoritario: Estados Unidos.
El responsable de convencer a Pelé de irse a EE UU fue el empresario británico Clive Toye, socio del New York Cosmos y uno de los mayores inversores en el sueño de hacer grande al soccer en tierras norteamericanas. Toye llevaba desde 1971 intentando convencer al Rei, que ya había rechazado ofertas del Real Madrid y Juventus. “Nunca… JAMÁS voy a jugar por otro equipo que no sea el Santos”, repetía Pelé a sus amigos. Pero Toyes era insistente. Y se encontró varias veces con Pelé entre 1971 y 1974, cuando el jugador dio vueltas al mundo para hacer campaña para que João Havelange fuera elegido presidente de la FIFA. La respuesta era siempre la misma, un educado “no”. Hasta que, el 27 de marzo de 1975, todo cambió.
Debut triunfal
Pelé estaba en Bruselas para un partido amistoso al lado de varias estrellas internacionales. ‘O Rei’ ya sabía que estaba arruinado cuando encontró a Clive Toyes en el hall del Hotel G.B. Motor Inn. Y aun así pensó en decir no, pero esta vez, fue convencido al escuchar la oferta del Cosmos. Y lo que escuchó fue una locura para los números de la época: un contrato de 2,8 millones de dólares. El sueldo más alto de la historia de un atleta, más de lo que ganaba Kareem Abdul-Jabbar, el jugador más rico de la NBA en aquel momento, que ingresaba 450.000 dólares al año.
Pelé tenía 34 años y llevaba ocho meses sin jugar de forma competitiva. Debutó el 15 de junio de 1975 con un gol y una asistencia en el empate ante el Dallas Tornado (2.2). Y terminó su primera temporada con cinco goles y cuatro asistencias en nueve partidos. El año siguiente fueron 15 goles y 19 asistencias en 24 partidos y en 1977 marcó 17 tantos y lideró su equipo al título de la NASL, la liga estadounidense. Tres temporadas de éxito en el fútbol norteamericano que le salvaron de una ruina económica incipiente y que agrandó su leyenda futbolística todavía más.
Pionero en EE UU
Pelé causó una revolución en el deporte de EEUU. El Cosmos triplicó la asistencia a su estadio, rompió récords de audiencia en la televisión y al país llegaron otros ídolos como Cruyff, Beckenbauer, George Best, Carlos Alberto o Chinaglia, abriendo las puertas a las grandes estrellas europeas de saltar el charco y jugar en EE UU. Raúl González, mito del Real Madrid, visitó también la camiseta blanca del Cosmos entre 2014 y 2015.
Hoy en día la MLS aumenta de nivel año tras año. Gareth Bale ha sido la última de los grandes cracks que han dado el salto a la liga norteamericana. Y para 2023 suspira con Leo Messi. Y en el horizonte, en 2026 acogerá la Copa del Mundo junto a Canadá y México, para seguir con el crecimiento futbolístico en tierras estadounidenses. En Qatar, la selección ha cuajado un gran Mundial (eliminada en octavos por Países Bajos).