No tenemos dinero ni manera de volver a Argentina, pero ver a nuestro héroe Messi levantar la Copa del Mundo es todo lo que nos importa.

ARGENTINA es el caso perdido económico del mundo, con una increíble inflación del 88 por ciento y cuatro de cada diez de la población viviendo en la pobreza.

nick parker, The Sun

Sus ciudadanos son tan pobres, con un salario promedio de solo £ 320 por mes, que prácticamente todos tienen dos o tres trabajos y trabajan 16 horas al día en una lucha desesperada por pagar las facturas vertiginosas .


Pero la increíble cantidad de 60.000 fanáticos del fútbol del país de alguna manera han suplicado y pedido prestado su camino de 8.200 millas hasta Qatar para animar a sus héroes en la selección nacional.

Y ayer los seguidores con las camisetas azul y blanca eran todo sonrisas, porque tienen a Lionel Messi y la creencia inquebrantable de que mañana ganarán la Copa del Mundo .

Genius Messi, que jugó en su última Copa del Mundo a los 35 años, se enfrenta cara a cara con su rival superestrella Kylian Mbappe y Francia en la final de mañana en el Estadio Lusail de Doha.

Los fanáticos argentinos en el lugar de 89,000 asientos superarán en número a los franceses por al menos diez a uno, creando una asombrosa pared de sonido.

Pero su sueño de poner fin a la espera de 36 años de su nación por el Santo Grial del fútbol es el único rayo de esperanza para un país arruinado por problemas económicos.

Argentina ha pasado más tiempo en recesión que casi cualquier otra nación desde la década de 1950 y ha tenido una inflación de dos dígitos durante décadas.


El peso argentino también ha perdido el 30 por ciento de su valor en los últimos meses y la falta de reservas de efectivo, inversión extranjera y confianza en el régimen del presidente Alberto Fernández ha llevado la inflación a esa asombrosa tasa del 88 por ciento, con predicciones que superará el 100 por ciento. en el año Nuevo.

'NOS MERECEMOS ALGO DE ALEGRÍA'

Pero decenas de miles de fanáticos han viajado a Qatar desde Argentina, donde los precios se han disparado más rápido que en cualquier otra nación del G20 .

Por el contrario, muchos fanáticos de Inglaterra y Gales , con una inflación del Reino Unido de alrededor del nueve por ciento, evitaron el costoso torneo de Qatar.

Pero a pesar de los problemas de Argentina en casa, incluso los políticos de alto rango en la capital, Buenos Aires, creen que ganar la Copa del Mundo es ahora la principal prioridad de la empobrecida nación.

Cuando se le preguntó si levantar el trofeo era más importante que abordar la inflación, la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, se encogió de hombros: “Debemos trabajar constantemente contra la inflación, pero un mes no hará una gran diferencia.

“Queremos que Argentina sea campeona, el pueblo argentino realmente merece algo de alegría”.

El abogado Nicolás Orellano, que también dirige una empresa de vinos en Buenos Aires para ayudar a llegar a fin de mes, usó todos sus ahorros y pidió dinero prestado a su novia para irse a Qatar.

Voló a España , luego a Londres para tomar un vuelo a Dubai , luego viajó en autobús y tren a través de Arabia Saudita a la capital, Doha.

Nicolás, de 30 años, ahora prácticamente no tiene un centavo y vive en una bulliciosa comuna de fanáticos argentinos en Barwa Barahat Al Janoub, al sur de Doha, apodada "Pequeño Buenos Aires".

Ayer, los fanáticos estaban asando un cordero donado por el embajador de Argentina en Qatar en una parrillada improvisada debajo de una pancarta gigante de Messi mientras los himnos de fútbol resonaban por un altavoz.

Nicolás dijo: “No tengo dinero ni idea de cómo llegaré a casa, pero no hay forma de que pueda irme, ahora estamos tan cerca de ver a Lionel Messi levantar la Copa del Mundo.

“Nuestros políticos en casa nos han decepcionado, pero nuestro equipo de fútbol no, son la única esperanza que tenemos.

“Es un tipo especial de locura lo que nos trae aquí cuando tenemos tan poco.

"Mi novia me apoya y me prestó $500 (£410) cuando se me acabó el efectivo.

“Pero conozco a algunas personas que han vendido sus casas para encontrar el dinero para viajar a Qatar.

“La gente de Argentina está sufriendo, pero les encanta que tantos de nosotros estemos aquí e incluso nos están donando dinero para que podamos quedarnos y apoyar al equipo.

“Todavía no tengo un boleto para la final, pero daría cualquier cosa por estar allí, habiendo estado en cinco juegos hasta ahora, y estoy seguro de que ganaremos”.

El contador y comerciante de carne a tiempo parcial Javier Mahmud, de 36 años, había estado luchando para ahorrar un depósito para su primera casa en Buenos Aires con su pareja de 15 años, Carla Barletta, de 34.

Pero Carla apoyó su decisión de vaciar toda su cuenta de ahorros para viajar a Doha vía Egipto y Líbano.


Javier, en su tercer Mundial, dijo: “Tenemos la mejor afición del mundo que lo está dando todo por estar aquí.

“Nuestro país está en un estado económico terrible, pero Lionel Messi nos lo pagará ganando mañana.

“Me queda muy poco dinero y no tengo boleto para la final, pero todavía espero encontrar la manera de estar allí después de seguir al equipo hasta aquí.

“Estaré en bancarrota cuando llegue a casa, sin dinero para comprar regalos de Navidad, pero no me importará y mi familia lo entenderá. El único regalo que queremos es la Copa del Mundo”.

El reparador de refrigeradores Sergio Pendola, de 30 años, de Buenos Aires, voló a Doha vía España y Arabia Saudita para ver su tercera final de la Copa del Mundo.

Él dijo: “ Diego Maradona es nuestro dios, pero Lionel Messi tiene la oportunidad de convertirse en otro dios si gana la Copa del Mundo para nosotros, y no nos defraudará.

“Él tiene la pasión de Maradona ahora porque hay tantos fanáticos aquí dispuestos a que gane.

“No hay duda de que ahora es el mejor futbolista del planeta y Kylian Mbappé no será rival para él.

“Nuestros aficionados son el duodécimo hombre del equipo. Gasté todos mis ahorros de $ 6,000 (£ 4,920) y pedí prestados otros $ 4,000 (£ 3,280), pero muchos aquí sacrificaron mucho más.

'EL FÚTBOL ES TODO LO QUE TENEMOS'

La fan Evelyn Galiano tiene el segundo nombre Milagros, porque sobrevivió al nacer seis meses antes de tiempo.

Pero ella dijo: “No necesitamos otro milagro, tenemos a Messi”.

Evelyn, de 26 años, trabaja en Andorra como chef, pero le dijo a su jefe que necesitaba un mes libre para ver a sus ídolos.

Ella dijo: “Es la última Copa del Mundo para Messi, por eso estoy aquí, y ha superado todas mis expectativas.

“Viajo solo, pero tres de los muchachos aquí se quedaron sin dinero para el alojamiento y se quedan en mi habitación.

“Se quedan gratis, quería ayudarlos. Me siento completamente seguro porque todos somos fans juntos”.

Mauro Fernández, de 32 años, chef de Buenos Aires, viajó desde Tailandia vía Madrid para llegar a Doha.

Él dijo: “Pagué 400 dólares estadounidenses (£ 328) por el partido de Holanda y 600 (£ 492) por Croacia, pero me he quedado sin dinero.

“Están pidiendo más de 1.000 (£ 820) por el boleto final, por lo que es posible que tenga que verlo en una pantalla gigante, pero iré a Lusail, para poder estar con los fanáticos y ver a los jugadores.

“Para mí se trata de ver a Messi levantar ese trofeo. Llevo aquí diez días y no sé cómo llegaré a casa.

“Sé que Messi es mejor que Mbappé, es el mejor.

“Habrá 50.000 hinchas argentinos en la final, vienen más vuelos desde Buenos Aires. Ayer estaban completamente llenos”.

Gaston Didier-Lardet, de 33 años, de San Luis, cerca de la ciudad argentina de Mendoza, realizó el vuelo de 12 horas y 6.500 millas desde Australia, donde trabajaba en una mina.

Ahora vive en un bloque de poca altura en la villa de fanáticos argentinos y dijo: “Este no es el Sheraton, pero el ambiente con los fanáticos es simplemente genial.

“Se siente como en casa: estamos rodeados de fanáticos, tenemos parrilladas y música.

“Soy un soldado de Messi, él es una prueba de sacrificio total.

“Tengo una entrada para la final y tengo mucha suerte. Estoy nervioso y no voy a dormir, pero estoy deseando que llegue.

“Probablemente he gastado alrededor de $ 10,000 (£ 8,200), pero es difícil explicar por qué: solo tenía que estar aquí.

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