Los franceses eliminaron con comodidad a Polonia y ya están en el cuadro de los mejores ocho de la Copa del Mundo
Infobae
No hubo sorpresa: el vigente campeón mundial se sacó de encima a Polonia en los octavos de final de la Copa del Mundo
con un doblete de Kylian Mbappé y otro gol de Olivier Giroud. El
estadio vibró con lo que pintaba para goleada y terminó siendo un
tanteador un poco más decoroso por el descuento final de Robert
Lewandowski, mientras que hubo perlitas que no fueron distinguidas por
la transmisión oficial.
Mbappé,
gran figura del encuentro y además máximo artillero en lo que va del
certamen (lleva anotados 5 tantos en cuatro cotejos), fue vitoreado
desde principio a fin. Aunque en la primera parte no estuvo del todo
lúcido y su mejor faceta fue exhibida en el epílogo con dos obras de
arte, el público presente estalló de júbilo cuando a través de las dos
pantallas gigantes del estadio Al Thumama mostraron que había sido el
futbolista con registro de mayor velocidad en el encuentro. Kiki llegó a
ensayar sprints de más de 35 kilómetros por hora, marca que igualmente estuvo lejos de su récord, que oscila entre 38 y 39.
El dato estadístico en las pantallas del estadio Al Thumama Lejos habrá estado este Francia-Polonia
de ser uno de los duelos con más ruido de la Copa. Si bien los
franceses agitaron sus banderitas, entonaron fuerte la Marsellesa y
cantaron algunas canciones típicas (los polacos apenas se hicieron oír
en un par de ocasiones), el clima fue teatral. Sobre el final, cuando la
historia estaba casi sentenciada, cientos de mexicanos y argentinos
tomaron el protagonismo en las tribunas.
Claro, los “intrusos”
hicieron una mala apuesta al comprar entradas para un partido que tuvo
como protagonista al segundo de su zona en la fase de grupos, que
finalmente fue Polonia. La gran mayoría de fanáticos de México se jugó a
que el equipo del Tata Martino iba a quedar detrás del de Lionel
Scaloni, pero tuvieron que conformarse con ver el duelo europeo tras la
prematura eliminación. Y los argentinos que intuyeron que la Albiceleste escoltaría a un rival en su grupo, igual.
Público de Argentina cantando en el partido Francia-Polonia
Lo curioso fue que primero los aztecas gritaron “¡México, México!”.
Y más tarde, cientos de argentinos sacaron a relucir el himno más
cantado desde que comenzó la cita mundialista: “Muchachos, ahora nos
volvimo’ a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón
Mundial...”. De repente, los países que estaban disputando el match
quedaron en un segundo plano. Incluso los Albicelestes redoblaron la
apuesta brincando sobre las gradas y palpitando lo que será el cruce por
cuartos de final entre Francia e Inglaterra: “El que no salta, es un inglés”.
A
esa altura del partido, muchísimas butacas habían quedado descubiertas.
El estadio, sobre el final, quedó a un 70% de su capacidad, ya que
muchísimas personas se marcharon antes de tiempo para evitar
congestiones. Es que varios tenían ticket para Inglaterra-Senegal en el Al Bayt,
que queda a una distancia de 60 kilómetros y un tiempo de 45 minutos
aproximadamente. Con un margen de dos horas, hay que sumar tiempo de
recorrido hasta el estacionamiento y/o pedido de taxi o Uber. Conectando
los buses que provee la organización con el metro, se podía llegar a
demorar unas tres horas apurando el paso: tarea imposible.
Esta
vez, los que apostaron a ver dos partidos en un mismo día y quisieron
anticipar su salida, perdieron: se privaron de observar el último golazo
de Mbappé y el descuento de Lewandowski.