Guabirá no podrá jugar Copa Sudamericana en la Caldera del Diablo
Sólo si la Gobernación procediera a la adjudicación y firmar del contrato con la empresa que gane el proceso y acelere las obras puede ser que el Azucarero juegue en la Caldera.
Aunque para el secretario general del club Guabirá, Orlando Quispe, es muy difícil toda vez que solo queda un poco más de tres meses para el partido y las obras tendrían que comenzar hoy para tener una luz de esperanza.
Mientras los días se van acortando dentro del proceso de licitación, que contempló el pasado martes la apertura de propuestas, para luego realizar la adjudicación y la firma del contrato, que será recién el 17 de enero.
La empresa que se adjudique el mejoramiento del sistema de iluminación tendría que trabajar desde la próxima semana para llegar a marzo con el trabajo avanzado y la dirigencia del club Azucarero solicite una inspección a la empresa Arena para que eleve un infirme a la Conmebol y se retire la sanción al estadio de la capital de la provincia Obispo Santistevan.
En la última medición de la iluminación del Gilberto Parada se llegó solo a los 221 lux y lo mínimo exigido es de 650, lo que motivó al veto, puesto que el Rojo participó en las cuatro ediciones anteriores en un estadio montereño que no reunía las condiciones.
Tiempo para quitar el veto
De acuerdo a la explicación del secretario general del club Rojo diez días antes del compromiso, por la primera fase de la Sudamericana, se puede solicitar la inspección a la Caldera para que la Conmebol autorice su uso.
Ahora el tiempo es corto, porque contando desde hoy se tendría 76 días hasta el día del partido (incluyendo feriados y domingos) para posibilitar que el partido se juegue en Montero.
Hubo mucho retraso en el tema del mejoramiento de la iluminación, puesto que, a inicios de este año, en la visita del gobernador Luis Fernando Camacho a Montero había prometido celeridad en el proceso para estrenar la obra como máximo en noviembre, lo que no se dio.
Guabirá se acostumbró a jugar la Sudamericana, pero también se acostumbró a sufrir por el eterno problema de la luz en su casa, que escapa a sus manos.
El mismo alcalde Regys Medina, que es de línea de Camacho, intervino en el tema, entabla conversaciones con la Gobernación y recibió la promesa de que se hará lo imposible para que el Azucarero juegue en marzo en su casa.