El proyecto de Lula para aumentar el gasto social avanza en el Congreso pero advierten que aumentará el déficit fiscal de Brasil
Si es aprobado en su forma actual, experimentaría en 2023 el mayor aumento del gasto público en comparación con los niveles previos a la pandemia, según el Instituto de Finanzas Internacionales
El proyecto presentado por el equipo de transición, que es considerado clave para costear los subsidios a los más pobres, recibió el voto favorable en la Comisión de Constitución y Justicia del Senado y avanzará ahora al pleno de la Cámara alta.
No obstante, los senadores introdujeron un recorte de 30.000 millones de reales (unos 5.770 millones de dólares) en el proyecto, lo que supone un 17% de lo inicialmente presupuestado por Lula para costear su programa de subsidios directos a los pobres.
También limitaron la vigencia del plan a dos años, 2023 y 2024, la mitad de lo que pretendía inicialmente el equipo de Lula, quien derrotó en las elecciones del pasado 30 de octubre al actual presidente Jair Bolsonaro.
Tras los recortes aplicados hoy, el plan contempla elevar los presupuestos en 145.000 millones de reales (unos 27.900 millones de dólares) destinados al plan de subsidios directos a los pobres.
También se prevé un nuevo mecanismo para dedicar parte de los excesos en recaudación de impuestos a elevar la inversión en salud o educación.
Lula presentó este proyecto debido a que la legislación actual no permite aumentar los presupuestos más allá de la inflación registrada en el ejercicio anterior, lo cual acaba congelando el gasto público en términos reales.
La propuesta de limitar el aumento del presupuesto a 145.000 millones de reales partió del senador bolsonarista Oriovisto Guimarães, que fue aceptada de inmediato por los correligionarios de Lula.
No obstante, adelantó que en el pleno del Senado su bancada tratará de recortar la vigencia del plan a un año y de bajar el monto del gasto a un “valor más razonable”.
El proyecto será sometido a dos votaciones en el pleno del Senado, necesarias porque el proyecto fue presentado bajo la figura de enmienda constitucional, y si es aprobado, será remitido a la Cámara de Diputados para un trámite similar.
Para entrar en vigor antes de la investidura de Lula, prevista para el 1 de enero, el proyecto tiene que ser aprobado hasta el 16 de diciembre, antes del receso parlamentario.
De su aprobación depende que cerca de 20 millones de familias continúen recibiendo un subsidio de 600 reales (unos 115 dólares), más un extra de 150 reales (unos 28 dólares) por cada hijo de hasta 6 años.
Según datos oficiales divulgados esta semana, 62,5 millones de brasileños viven en condiciones de pobreza, el mayor nivel en los últimos diez años.
Críticas al proyecto
Los planes del presidente electo de cambiar la regla fiscal de Brasil para permitir un mayor gasto es una política “verdaderamente problemática” que aumentará el déficit del país, según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés).
Si el paquete propuesto por Lula es aprobado por el Congreso en su forma actual, con un gasto equivalente al 1,9% del PIB del país latinoamericano por encima del límite fiscal actual, Brasil experimentaría el próximo año el mayor aumento del déficit fiscal en comparación con los niveles previos a la pandemia en 2019 de un grupo de mercados emergentes analizados por el IIF, escribieron los economistas Sergi Lanau y Jonathan Fortun en una nota de investigación.
“Junto con ingresos relativamente débiles y altos pagos de intereses, el paquete es una señal verdaderamente problemática”, señala la nota publicada el martes. “Habrá gasto fuera de la regla fiscal por tercer año consecutivo”.
La Administración entrante de Brasil está deliberando actualmente con el Congreso la ampliación de los gastos, incluida la ampliación de la ayuda social para los pobres, una medida popular extendida por el predecesor de Lula, Jair Bolsonaro, una vez que el nuevo Gobierno comience el 1 de enero. Pero la medida violaría el límite de gasto de Brasil, que exigía recortes de gasto por un 1,3% del PIB el próximo año y es considerado por los inversionistas como la principal ancla fiscal del país.
Si las negociaciones de Lula conducen a un paquete de gastos menor, por un total de alrededor del 1,2% del PIB, “los mercados podrían acabar digiriendo la posición fiscal de Brasil si se combinan con un gabinete de ministros equilibrado y políticas generales razonables”, escribieron los economistas.