El error que convirtió el 10 en el dorsal más emblemático de la historia

Brasil se olvidó de mandar su lista antes de Suecia 1958 y de manera apresurada se envió una en la que el 10 le cayó a Pelé

MIGUEL ÁNGEL LARA, Marca

El mundo entero, no solo el del fútbol, vive pendiente del estado de salud de una figura universal: Edson Aranrtes do Nascimento, Pelé. Él fue quien hizo del dorsal 10 el números que con el paso de los años se ha convertido en algo sagrado en el fútbol. Es el número de los elegidos, de los fenómenos, el que cuando alguien lo atrapa en un grande es para cargarse de responsabilidad.

Si el 10 tiene esa carga emocional es porque lo llevó Pelé en el Mundial de 1958, el niño de 17 años que asombró al mundo y llevó a Brasil a ganar su primer Mundial. Pero Pelé, que había debutado un año antes ante Argentina con el 13 a la espalda, no eligió. La FIFA había impuesto en el Mundial de Suiza 54 el dorsal fijo para los jugadores. Allí, el de Brasil lo llevó Pinga, un buen jugador que murió en el olvidó en 1976 y al que nadie recordó como el primer 10 brasileño en los Mundiales.

Cuando llegó el Mundial de 1958, la CBF olvidó enviar la nómina de viajeros y sus dorsales a la FIFA. El jefe de la delegación. Paulo Machado de Carvalho, entendió que era algo menor, pero se encontró con la amenaza de que la Seleçao fuese excluida antes de empezar.

Uruguayo al rescate

La situación se volvió crítica. Desde la Conmebol se intervino para buscar una solución. Un uruguayo, que en 1950 celebró el Maracanazo, salió al rescate y cambió la historia del fútbol. Su nombre, Lorenzo Vilizzio, que estaba dentro del comité organizador. Deprisa y corriendo repartió dorsales sin orden alguno. A Gilmar, portero de Brasil, le tocó el 3; a Pelé, al que había quien llamaba Telé porque era un chaval desconocido, el 10. La historia del fútbol acababa de cambiar para siempre.

De Lorenzo Villizzio, entrenador campeón seis veces con Nacional de Montevideo, se perdió la pista en el túnel del tiempo.

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