El colista de Francia se hace de oro en el Mundial
Azzedine Ounahi y Sofiane Boufal se han convertido en dos piezas clave de Marruecos en su clasificación histórica a semifinales. Juegan en el Angers.
El primero, nacido en París hace 29 años, es, junto a Kylian Mbappé, el mejor regateador de la Ligue 1. Aunque su temporada no estaba siendo buena en el Angers, fruto del mal rendimiento del equipo, su Mundial ha sido el impulso que puede relanzar definitivamente su carrera. En una entrevista con AS antes de jugar ante España, el extremo izquierdo reconocía que su deseo era volver a España. “Sería un placer volver a jugar en España. Es la liga que mejor se adapta a mis características”. Tras un paso efímero por el Celta, en 2018, Boufal podría salir del Angers en enero a un equipo con mejores aspiraciones dentro del fútbol europeo.
Con casi 2.7 regates por partido, uno de los mejores en el Mundial, acumulando un 60 % de acierto, más de seis duelos ganados por encuentro y un 80 % de éxito en el pase, Sofiane Boufal sueña con meter a Marruecos en su primera final de la Copa del Mundo. Será, ante Francia, un partido muy especial para él, ya que nació en París y en 2016, cuando brillaba en la Premier League, en Southampton, la Federación Francesa de Fútbol le llamó para que fuera convocado con Francia. Hervé Renard, otro francés y actual seleccionador de Arabia Saudí, le convenció de que jugara con Marruecos, el país de su madre, con la que se ha viralizado un baile tras vencer a Portugal, una decisión que le ha permitido ser un jugador capital para Regragui y para los magrebíes en este Mundial.
“Me ha sorprendido gratamente el número 8. No recuerdo su nombre, lo siento. ¿De dónde ha salido ese muchacho?”, decía Luis Enrique en rueda de prensa tras consumarse la eliminación de España contra Marruecos. Azzedine Ounahi jugaba en tercera división francesa en mayo de 2021. Se le catalogaba como un jugador irregular, falto de actitud y con pocas opciones de brillar en la élite. Una gran temporada en el Avranches, equipo de Normandía, le valió para fichar por el Angers, que no dudó ni un segundo en darle las riendas del centro del campo.
Después de una irrupción extraordinaria en la élite, brillando en un equipo en el que estaba Ali-Cho, delantero de la Real Sociedad, Angelo Fulgini, fichado por el Mainz en verano, o el citado Boufal, el rendimiento de Ounahi había descendido ostensiblemente en su segundo año en el Angers. Los Angevins, que es como se les conoce, son colistas y el internacional marroquí no estaba a su mejor nivel.
El de Casablanca, sin embargo, vio en el Mundial una oportunidad de oro para reivindicarse. Debutó con Marruecos a principios de 2022, su primer gran torneo fue la pasada Copa de África, en la que su selección no cumplió las expectativas, y su importancia con Regragui ha sido capital desde que sucedió a Haliholzic en el banquillo de los Leones del Atlas. “Es un jugador especial”, reconocía su seleccionador, que le ha dado las riendas del mediocampo con permiso de Amrabat.
Azzedine Ounahi es la pieza fundamental de un equipo que adolecía de calidad en el centro del campo tras consumarse la baja de Harit, jugador del Olympique de Marsella, un día antes de que se concentrara Marruecos debido a una lesión en los ligamentos de la rodilla. Mejora a sus compañeros, es el conector entre la defensa y el ataque y no para de correr. Ante Portugal acumuló más de 14 kilómetros recorridos, una cifra que demuestra que, además de ser un superdotado técnicamente, el físico que atesora es imponente. Ante Francia, el país en el que juega y en el que se ha dado a conocer, Ounahi buscará hacer historia con Marruecos y guiarla a ser la primera selección africana de la historia que alcanza la final del Mundial