Crecen las protestas contra el régimen de Irán tras la ejecución del primer manifestante

Reclaman contra la injusta pena sobre los detenidos, quienes no pueden acceder a un juicio justo

Las marchas se dieron, principalmente, en ciudades al oeste de la capital -Teherán- y contó con gran apoyo de los jóvenes en las universidades donde, incluso, se desarrollaron actos en honor al condenado. También, adhirieron a una jornada de huelga, que alcanzó a todo el país.

La universidad Alzahra, en Teherán, es exclusiva de mujeres y fue uno de los focos de los reclamos. Allí se pudo ver a las alumnas con carteles en los que se leía “no a la ejecución”, mientras que en la facultad de Ciencias Sociales, los alumnos exhibían mensajes en los que condenaban la detención de sus compañeros.

Los jóvenes se manifestaron en las universidades en oposición al régimen y la primera ejecución (REUTERS)
Los jóvenes se manifestaron en las universidades en oposición al régimen y la primera ejecución (REUTERS)

Por su parte, en la universidad Beheshti los estudiantes se manifestaron marchando en silencio.

Ante estos hechos, las fuerzas de seguridad nuevamente respondieron con ataques y represión, según denunciaron los allí presentes.

Desde el inicio de las protestas, el pasado septiembre, el régimen ya ha detenido a más de 15.000 personas. Los acusados de estos “disturbios” fomentados por Estados Unidos son llevados a juicio en procesos poco transparentes y sin posibilidad de acceder a una legítima defensa.

Así, Irán ya ha condenado a la pena máxima -de muerte- a 11 personas y ya avanzó con la primera ejecución el 8 de diciembre. Este jueves, Mohsen Shekarí perdió la vida como castigo por haber herido a un basiji -un miliciano islámico- con un cuchillo y bloquear una calle en Teherán.

Shekari fue el primer manifestante ejecutado por su participación en las protestas que sacuden Irán (Twitter)
Shekari fue el primer manifestante ejecutado por su participación en las protestas que sacuden Irán (Twitter)

Amnistía Internacional (AI), organización que aboga por los derechos humanos, ha expresado su preocupación ya que consideran que al menos 28 de los 2.000 acusados por las protestas enfrentarán penas de muerte.

A pesar de las condenas “en los términos más enérgicos posibles” de la Unión Europea, Estados Unidos, Alemania, Italia, Canadá y el Reino Unido, el presidente Ebrahim Raisi redobló la apuesta este viernes y prometió continuar con los castigos “con determinación”.

“Perseguiremos con determinación la identificación, el juicio y el castigo de los perpetradores del asesinato de las fuerzas de seguridad”, afirmó el mandatario en una ceremonia en honor de los efectivos de seguridad muertos en las protestas.

Ebrahim Raisi prometió continuar con los castigos “con determinación” (REUTERS)
Ebrahim Raisi prometió continuar con los castigos “con determinación” (REUTERS)

En estos casi tres meses, la ONG Iran Human Rights ha dado cuenta, también, de más de 400 muertes a raíz de la brutal represión, lo que contrasta con la cifra oficial reconocida por el régimen de tan sólo 300 -entre ellos, 50 efectivos de seguridad-.

Un grupo de médicos y enfermeros denunciaron el uso indiscriminado de la violencia en la respuesta de la policía. En los últimos días, enviaron al medio británico The Guardian pruebas de cómo se apunta de manera diferencial a hombres y mujeres, resultando en que las primeras suelen presentar heridas en el rostro, los pechos y los genitales, mientras que los segundos suelen requerir asistencia médica por heridas en sus piernas, nalgas y espalda.

Por otro lado, el asesor principal sobre operaciones militares de AI explicó que en las pruebas se ve “el uso de perdigones que están diseñados para la caza y no tienen cabida en ningún uso legítimo de la fuerza por la Policía”.

Radiografía brindada por los médicos donde se ven las heridas en los manifestantes en Irán (The Guardian)
Radiografía brindada por los médicos donde se ven las heridas en los manifestantes en Irán (The Guardian)

Un médico de la ciudad de Karaj, cercana a Teherán, mencionó que este diferencial surge por “un complejo de inferioridad’'. Hacer daño a la gente joven les parece una forma de librarse de sus propios complejos”, comentó.

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