A cuatro meses de la muerte de Mahsa Amini a manos de la policía de Irán, siguen las protestas contra el régimen
“Muerte al dictador”, gritaron manifestantes en Zahedán, ciudad cerca de la frontera con Afganistán y Pakistán. Al menos 458 personas murieron en la represión desde mediados de septiembre
“Muerte al dictador”, gritaban los manifestantes en Zahedán, capital de la provincia de Sistán-Baluchistán, en referencia al guía supremo de la República Islámica, el ayatollah Ali Khamenei, según un video difundido por la ONG Iran Human Rights (IHR), basada en Oslo, y verificado por la agencia de noticias AFP.
Otras imágenes de la misma ciudad muestran a una multitud de hombres agitando pancartas con eslóganes antirrégimen y un grupo de de mujeres vestidas de negro marchando y también gritando lemas.
Irán se ha visto sacudido por unas multitudinarias protestas desde la muerte de la joven kurda iraní Mahsa Amini, de 22 años, el pasado 16 de septiembre, tras haber sido arrestada en Teherán por la policía de la moral, que la acusó de violar el estricto código de vestimenta femenino de la República Islámica.
La represión de las protestas ha provocado la condena internacional, sanciones y la expulsión de Irán de una comisión de la ONU sobre los derechos de las mujeres.
La empobrecida y remota provincia de Sistán-Baluchistan se encuentra en la frontera con Afganistán y Pakistán y su población, la minoría baluchí, sufre una fuerte discriminación, según varias oenegés.
El 30 de septiembre, más de 90 personas murieron en protestas en esta ciudad por la supuesta violación de una adolescente, imputada a un policía. Desde entonces, las manifestaciones se han repetido todas las semanas.
Los baluchíes, señalan expertos, se han inspirado en las protestas provocadas por la muerte de Mahsa Amini, inicialmente para defender los derechos de las mujeres, pero con el tiempo han ido ampliando sus reclamos.
Al menos 458 personas han muerto en la represión en Irán desde mediados de septiembre, según un informe del 7 de diciembre de IHR, y al menos 14.000 han sido detenidas, según la ONU.
La justicia iraní afirma que ha dictado 11 sentencias de muerte en relación con las manifestaciones y ya se han producido al menos dos ejecuciones.