Un huracán llamado Ruibal
El canterano impulsa al Betis hasta el triunfo ante el HJK con dos goles brillantes. El trámite resulta la mejor preparación para el derbi ante el Sevilla.
La puesta en escena del Betis fue la esperada. El balón fue suyo, con William Carvalho a los mandos y con Paul vigilando cada riesgo. Rodri tomó el rol de Fekir y buscó multiplicar asociaciones y encontrar la profundidad por la derecha de Luiz Henrique. Lo intentó el brasileño siempre, aunque sin encontrar premisas definitivas. El que sí esbozó una pegada letal fue Aitor Ruibal, el comodín de Manuel Pellegrini. Abandonó para esta cita su papel en el lateral derecho para vestirse de extremo izquierdo. Y ahí encontró un espacio para recortar a un adversario, lanzar un caño a otro y mandar un misil a la portería de Hazard para abrir el marcador. Su sonrisa motivó la de Pellegrini. El canterano quiere un sitio en el derbi del domingo. Sea donde sea.
El tanto del Betis varió poco. Casi nada. El rigor de Carvalho mantuvo el ritmo vivo en el juego del equipo verdiblanco, con un HJK sin apenas presencia y con sus dos arietes perdidos en una batalla imposible. Hubo espacios, pero cada contra del cuadro finlandés debía abordar demasiados metros y ahí se sintió bien el Betis. Tanto que apretó con el piloto automático. Willian José se ofreció para ayudar de espaldas y Rodri firmó conducciones de mérito que no llegaron a buen fin. Fue de nuevo Ruibal el que destrozó el orden táctico del HJK. Lanzó un desmarque diagonal que sorprendió a los zagueros para rematar a placer un buen servicio al área de Sabaly desde su banda derecha. Se disfrazó de nueve. Como si fuera capaz de todo.
El segundo tiempo dio continuidad al plan de Pellegrini con miras al derbi. Entregó descansos a William Carvalho, Sabaly y Luiz Henrique con vistas a sus hipotéticas titularidades del domingo y dio tiempo de juego a Canales y Borja Iglesias. El santanderino tuvo peso constante en la creación de juego y conectó pases imposibles con Miranda. Fekir también entró en escena antes de que lo hiciera Dani Pérez, el prometedor atacante de 17 años que despierta multitud de esperanza en Heliópolis. Estuvo a un paso de decorar su estreno con un gol, pero lo evitó Hazard en el tramo final de un trámite que refleja el exitoso 16 de 18 en esta fase de grupos por parte del Betis. Había tiempo para más. Canales trazó un pase medido para que Borja Iglesias completara la contra con un regalo a Nabil Fekir.
Las miras quizás estaban en el derbi desde mucho antes. Pero Pellegrini estira esa sonrisa con miras a esos futuros octavos de final de la Europa League. Muchos de sus elegidos hicieron méritos para ganarse un lugar preferente en el envite ante el Sevilla. No habrá hueco para todos. Pero el Villamarín despidió a los suyos con una arenga final convertida en primer aliento para el derbi.