SPORTING 1 - EINTRACHT 2 / Kolo Muani hace trizas el sueño portugués

Sporting no podrá acompañar al Benfica y al Oporto en octavos. La paciencia premió al Eintracht, que pasa como segundo. La racanería condenó al Sporting.

Jorge García Hernández
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El Sporting flaqueó cuando más fácil lo tenía y no podrá acompañar al Benfica y al Oporto en los octavos de la Champions, en lo que hubiera sido cumplir el gran sueño portugués. Adán salvó los muebles de inicio, tirando de reflejos, en un balón peinado por su compañero Paulinho que se colaba. La ocasión quería sacudir el partido, pero no sacó del guion al equipo de Amorim. Instalado en su campo, a la espera, pero muy exigido en la salida de balón, amenazado constantemente por el Eintracht. El Sporting se suele manejar como pocos en esos partidos mortecinos. Hasta la lesión de Nuno Santos le sirvió para enfriar un envite que no le convenía. Tanto lo hizo que al rato encontró el gol en una jugada de tropiezos y rebotes, ganados todos por el Sporting en campo rival. Edwards cedió a Ugarte, su centro fue peinado por la defensa y Trapp pifió su intento de parada al remate errático de Arthur Gomes.

Vivo y ganador en los duelos, Amorin veía a su equipo en ventaja y en octavos con muy poco. Glasner sólo podía pensar en cómo conseguir el triunfo. Sin noticias de Kamada ni de Gotze, se preparaba para mover el banquillo a la hora de partido, cuando el japonés saltó con Coates en el área portuguesa. El defensa uruguayo tocó el balón con la mano y Vincic señaló penalti. El propio Kamada igualó el duelo y todo volvía a empezar. Amorin perdió a Ugarte y decidió poner en el partido al jovencísimo Essugo (2005), pero Sporting no encontraba la manera de estirarse y el Eintracht castigó su racanería en el 72′, cuando Knauff encontró a Kolo Muani a la espalda de Inácio. El ariete ganó el forcejeo y descargó un derechazo que hacía trizas el grupo y el sueño portugués de ver a sus tres equipos en octavos. La flema de Glasner había tenido premio. Su equipo no se desesperó y se colaba en octavos. El Sporting estaba fuera y el Alvalade, helado. Ni la urgencia espoleó a un equipo verdiblanco desconectado en ataque y sin mecanismo para recuperar rápido la pelota. Le queda la Europa League gracias al postrero gol de Hojbjerg en Marsella. El robusto Eintracht volvió a sobrevivir, una vez más.

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