Olivier Giroud, de las burlas en Rusia a convertirse en máximo artillero de Francia
El delantero centro, que no anotó goles en la selección que se consagró campeona del mundo en 2018, con los dos festejos en el triunfo sobre Australia igualó la plusmarca de
El atacante, de 36 años, rompió el hechizo y también una marca que llevaban los planteles franceses que fueron campeones del mundo: en 1998, Stéphane Guivarc’h tampoco anotó en el grupo que condujo Aimé Jacquet, aquel que le dio la primera estrella al fútbol galo.
Siete delanteros convocó el seleccionador francés Didier Deschamps para la cita qatarí, aunque desde el momento en que entregó la nómina al debut con los australianos el plantel sufrió sensibles bajas. La más destacada entre los atacantes, la de Karim Benzema, figura de Real Madrid y último Balón de Oro de la FIFA. Pero los ases se multiplican, entre Kylian Mbappé y Antoine Griezmann, los extremos Ousame Dembelé y Kingsley Coman o los jóvenes Marcus Thuram y Randal Kolo Muani.
En esa constelación de estrellas ofensivas también está incluido Giroud, aunque su figura tomó un mayor brillo con la ausencia de Benzema. Y aunque no arrastraba festejos en las Copa del Mundo, el mismo rival que cuatro años atrás le resultó infranqueable fue el que le dibujó la sonrisa a quien soportó burlas en Rusia y en la nueva aventura el artillero no falló.
Delantero de área, en ese sector caliente del campo de juego, Giroud asomó en todo su esplendor: luego de una asistencia de Adrien Rabiot definió con un toque suave, de derecha y frente al arco vacío, para que Francia revirtiera a los 32 minutos el marcador. En el segundo tiempo ensayó una tijera –tras un desborde de Theo Hernández- y el balón se perdió junto al poste derecho. Resultó un aviso, porque la estocada final al resultado también fue obra suya: Mbappé aceleró por la izquierda y lanzó un pase preciso, ajustado, para que el goleador, de cabeza, martillara frente al arquero Mathew Ryan.
Dembélé se trepó a caballito y acompañó la primera celebración; Griezmann, Rabiot y Mbappé saludaron el segundo desahogo del jugador que fue blanco de críticas y de burlas en las redes sociales por su falta de gol en Rusia 2018. En aquel esquema, Giroud era un falso N°9. Sobre su espalda cargaba la decisión del entrenador Deschamps, que no citó a Benzema, Anthony Martial y Alexandre Lacazette.
Las estadísticas eran un respaldo, por entonces era el cuarto máximo goleador de Les Blues, junto con Zinedine Zidane. “El equipo lo precisa aun cuando no haga goles. Es útil en ataque, pero también en defensa por su juego aéreo. Cuando no juega no damos cuenta de su utilidad. Giroud atrae la atención de los defensas y el resto se beneficia de eso y esa acción les permite destacarse”, lo defendía en Rusia el entrenador.
El caso de Giroud remitía a Guivarc’h, que en Francia 1998 jugó seis de los siete partidos –cuatro de ellos como titular- y tampoco anotó. Les Bleus fueron los campeones en su país y levantaron por primera vez la copa sin el N°9 anotándose en la red. Cinco mundiales después, Giroud repitió el suceso en Rusia 2018, aunque antes del estreno se desvivía por convertir: “El gol es una droga que se convierte en obsesión”.
Con la aventura en marcha y sin presencia en el arco rival modificó el discurso: “Confío en mis posibilidades de marcar en la final y ayudar al equipo a reconquistar el Mundial”, resaltaba el goleador que juega con lentes de contacto. “Los uso desde 2011. En la primera temporada con Montpellier no tenía lentes, pero cuando mis amigos y familiares vieron en la televisión que me apretaba los ojos me decían que había un problema, así que en la segunda temporada fui al oftalmólogo, que me preguntó cómo era posible que pudiera hacer goles con los ojos que tenía... Me aconsejó que me pusiera lentes de contacto. Es divertido, porque en la segunda temporada ganamos el campeonato y yo fui el máximo goleador gracias al oftalmólogo”, confesó en una entrevista con la revista GQ, quien además es adicto al café, fanático de los relojes y también de los autos deportivos.
En Rusia 2018 y sin festejos, Giroud logró el objetivo colectivo de Francia. Cuatro años más tarde, con dos estocadas, marcó por primera vez en una Copa del Mundo, ayudó a Les Bleus a estrenarse con contundencia y enseñar la chapa de candidato que acompaña a los galos y con sus dos festejos igualó a Henry como máximo goleador. En Qatar, donde su estrella estaba por detrás de Benzema, tiene dos metas por delante: revalidar el título y marcharse como el líder de los goleadores de un país que lo criticó con fiereza y ahora disfruta de sus goles.