Manchester deja más herido todavía al Sevilla
Los nervionenses se adelantaron pero el City le dio la vuelta en la segunda mitad. El partido deja a Sampaoli sin Marcao, que se fue lesionado antes de derbi.
Sigue tocando Sampaoli las más escondidas teclas del piano como un músico loco, en busca de una versión más o menos fiable, en defensa y en ataque, para su Sevilla. Acostumbrado estos últimos partidos a jugar bastante tiempo sin referencia ofensiva, en Manchester el técnico argentino cambió el Falso 9 por un 9 en Falso. Parapetado bajo un sistema indescifrable, con Acuña y Rekik casi como doble lateral por la izquierda, en la derecha sorprendía Rafa Mir en la posición teórica de extremo. Ariete la mayor parte de su carrera, el murciano había aparecido con no poco peligro partiendo desde ese perfil diestro con un chut y un cabezazo franco que salieron desviados.
Y a la media hora, Mir acertó. Había botado un córner Isco y en el segundo palo, libre de marca, la testa de Rafa mandó el balón casi a la escuadra (0-1, 30′). El tanto se convertía en la gran alegría del primer tiempo para un Sevilla que justo antes de alcanzar el vestuario sufría también una tremenda decepción: Marcao se lanzaba al suelo con una lesión muscular.
Debilitado de manera evidente en ataque por la baja de Haaland, y en la organización por las suplencias de Rodri, De Bruyne y Bernardo Silva, al City le costó crear juego y ocasiones antes el descanso. Guardiola le había dado la alternativa a los chavales Palmer y Lewis y fue este último el que empató el encuentro (1-1, 52′) a poco de comenzar la segunda mitad, en una pérdida ridícula de balón del brasileño Telles, que acababa de salir al campo en lugar de Acuña.
El empate acabó por desordenar al Sevilla, dubitativo atrás e incapaz de desplegarse en ataque más allá de algún arranque de furia de Erik Lamela. El City jugaba ya en la recta final con Rodri, Bernardo y De Bruyne y de las botas del talentoso belga salió un pase maravilloso para que Julián Álvarez, ese argentino que Guardiola fichó como sustituto de Haaland, mandara a la red el 2-1 (73′). Álvarez es un asesino silencioso: además de ese gol dio dos asistencias. Con el marcador volteado, el Sevilla se echó en brazos de esa imagen de equipo desquiciado que se repetía en los últimos tiempos con Lopetegui y no ha dejado de surgir, bastantes ratos, también bajo la batuta de Sampaoli.
Tras otra pérdida absurda, esta vez del chaval Carmona, Mahrez sentenció el partido (3-1, 83′). Este jueves los sevillistas de mayor optimismo busquen bondades en una derrota menos abultada de lo esperado, en la seriedad durante algunos minutos o en el peligro y el gol de Mir, que recupera la pólvora. Pero a la mayoría no le escapará que este Sevilla sigue mostrando síntomas de tremenda debilidad a sólo cuatro días del Gran Derbi contra el peor rival, el Betis. Y más, aún, tras perder en Manchester a su único central que da algo de miedo a los delanteros rivales: Marcao.