Luis Enrique llama a Balde para no reventar a Jordi Alba
El esguince de grado 2 le impedía jugar hasta Japón y el sistema de España exige la rotación de los laterales. Balde llega este sábado a Doha.
Luis Enrique dejó la decisión en manos de los médicos, los doctores Celada y Cota, aunque les advirtió de la necesidad de tener a Gayà a pleno rendimiento lo antes posible y a ser posible para el segundo partido, el domingo de la próxima semana frente a Alemania. Pero el esguince de grado 2 que sufre el valencianista le hubiera impedido recuperarse a tiempo antes del partido contra Japón, el 1 de diciembre.
Gayà, como informó este periódico, necesita al menos diez o doce días para empezar a correr. Y luego evitar una recaída, algo complicado cuando hay que competir en una Copa del Mundo y más si hay afectación tendinosa. Una lesión que complica los giros, las frenadas y el golpeo. Una lesión incapacitante para un compromiso como el de Qatar.
El problema es que la ‘fórmula Luis Enrique’ no acepta jugadores que no estén en plenitud. España, que presiona en campo contrario, necesita velocidad e intensidad, y el tobillo de Gayà no está para ofrecer ninguna de las dos cosas. Una pena, porque el valencianista era uno de los puntales del equipo, un jugador estupendo en un momento óptimo. Pero un resbalón tonto, fortuito, le saca de Qatar a 48 horas del inicio del Mundial.
La llegada de Balde es un reto para Jordi Alba, quien no obstante, en ausencia de Gayà, es el titularísimo. Alba, que lidera en tres parámetros las estadísticas de los laterales europeos (llegadas al área, pases al área y remates a portería) está preparado para lo que se le viene encima: jugar como titular los tres partidos de la fase de grupos, eso de momento. Balde, que llegará a Doha a primera hora de la tarde de este sábado, lo hace para darle relevo. Una situación justamente contraria a la que se vive en el Barcelona. “Estoy muy contento”, dijo el joven lateral tras abandonar la concentración de la Sub-21 en Sevilla.
Luis Enrique, que cuando llegó a la Selección eliminó a Jordi Alba de sus listas, fue recuperando la fe en él poco a poco. Ahora es uno de sus jugadores de cabecera. Y Alba tiene ganas de reivindicarse, de demostrar que sigue siendo uno de los mejores laterales zurdos del planeta, más allá de las estadísticas.