Los cinco grandes errores de la derrota de Argentina

 Argentina perdió inesperadamente en el debut del Mundial y Olé analiza qué le pasó a la Scaloneta. ¿Cuáles son los motivos de esta pesadilla?

Hernán Claus, Olé

Un mazazo inesperado. Una derrota de las más dolorosas de la era moderna. Un golpe a la ilusión de un equipo que llevaba un invicto de 36 partidos. De repente, la Scaloneta se frenó en el momento menos deseado, en el debut de un Mundial y en un estadio que había más de 30.000 argentinos, con todo el mundo pendiente porque hasta los hinchas de las otras selecciones quieren que a Messi le vaya bien. Pero la Selección arrancó torcida y en Olé te contamos las cinco claves del 1-2 ante Arabia Saudita, en el estadio de Lusail.


RELAJACIÓN

Tanto el capitán Messi como uno de los líderes del plantel como Dibu Martínez hicieron hincapié en que el equipo se relajó en el mismo partido. Eso que se vio desde la tribuna, también fue analizado puertas adentro en un vestuario de pocas palabras y muchos silencios. Y no es que el equipo haya subestimado al rival, sino que el gol tempranero y las muchas situaciones de gol en el primer tiempo, daban la apariencia de ser un encuentro resuelto. Ahí la Scaloneta pecó de ingenua porque el partido sólo iba 1-0 y el rival, en un ratito, le metio dos golpes de nocaut.

ERRORES PUNTUALES EN LOS GOLES

La jugada del empate arrancó con una pelota que Messi no pudo aguantar en la mitad de la cancha. Un pase largo que ninguno de los centrales argentinos atacó, Al Shehri se jugó el mano a mano y le ganó al Cuti Romero, que la dejó picar, para luego cruzar el remate esquinado, imposible para Dibu Martínez. Cinco minutos más tarde, llegó el 2-1. Le comieron la espalda a Tagliafico, hubo un centro atrás, y un primer despeje débil de Otamendi y un remate bloqueado de cabeza por Cuti Romero. La pelota le cayó Al Dawsari, quien con inexplicable facilidad giró entre tres jugadores argentinos (Molina, Di María y De Paul) y la colgó de un ángulo, con un remate que Dibu Martínez llegó a tocar pero no a despejar.

El EFECTO LESIONES E INACTIVIDAD

La Selección tuvo una marcha menos que su rival. Un rival fuerte desde lo físico. Y ahí salió a relucir aquello en lo que tanto puntualizó el entrenador en las últimas conferencias y en la entrevista con Olé. El cargado mes de octubre pasó factura en este arranque de Mundial. La Selección padeció en la recta final las bajas de Lo Celso, Nico González y Joaquín Correa, pero además muchos jugadores llegaron con lo justo, sin tiempo de ponerse a punto desde lo físico. Y se notó que a futbolistas titulares e indispensables, les faltaba puesta a punto debido a que recién están volviendo de lesiones (Di María, Paredes y Cuti Romero) o algunos que venían cargados de la seguidilla (Tagliafico y Lautaro Martínez).

LA FALTA DE JUEGO

Una de las virtudes de este equipo fue la principal falencia en el mediodía de Qatar. La circulación y el control del partido sólo fue por ratitos, pero le costó tener posesión y, sobre todo, precisión. Porque en el primer tiempo, con el partido en ventaja, con los árabes jugando muy adelantados y en línea, era cuestión de tener paciencia El equipo jugó siempre acelerado y los volantes nunca fueron dueños. De Paul estuvo activo pero no logró filtrar pases y falló en el retroceso; a Paredes se le notó la inactividad y cuando el partido pedía pase largo, él entregó un pase hacia atrás; y Papu se destacó por el pase gol a Lautaro en el gol anulado, pero poco más: no ganó en el uno contra uno y le costó ayudar a Tagliafico. Y si además de los tres volantes, Messi y Di María no tienen una buena tarde, el juego quedó más que en deuda.

LA REACCIÓN ANÍMICA

Este grupo se armó a partir de una injusticia en la Copa América 2019 y se fortaleció encadenando triunfos, hasta tocar el cielo argento con la Copa América 2021 en el Maracaná, con la frutilla del postre de la Finallisima ante Italia en Londres. Pero quizás por falta de experiencia colectiva, la Scaloneta no tenía memoria emotiva -lamentablemente ahora sí- de llevar adelante un partido que se da vuelta en cinco minutos. Es verdad que este plantel supo bancarse la mochila de 28 años sin títulos y dar la vuelta en Brasil, pero en Lusail no tuvo reacción anímica para llevarse puesto al rival jugando al fútbol, que es lo que sabe hacer. Cayó en la trampa táctica de los árabes que le propusieron jugar por afuera y terminar tirando centros, cuando la Selección no tiene grandes cabeceadores. Ahora habrá tres días para limpiar la cabeza para estar fuertes para el duelo del sábado ante México: ahí se necesitará reacción de la buena, esa que no apareció en el debut.

Entradas populares