La banda del ex custodio de Lacalle Pou negoció pasaportes uruguayos falsificados para la familia de un jeque árabe
Un escribano pidió USD 120 mil por el documento de la esposa del pakistaní y USD 50 mil por los de sus hijos
La cotización ofrecida por el escribano fue de USD 120.000 dólares por el pasaporte de la esposa del jeque y USD 50.000 para el de sus hijos. Esta información se desprende de los chats recuperados del celular de Fernández, actualmente en manos de la fiscal del caso, Gabriela Fossati.
El contacto entre el paquistaní y el escribano comenzó el 12 de mayo de 2022, cuando el árabe le comentó al uruguayo quién le había pasado su contacto y, a partir de eso, entablaron una conversación para tramitar la ciudadanía uruguaya.
“Le explico. Lo primero es analizar los documentos. Luego traducirlos y después preparar todo”, dijo Fernández. “Preparar todo significa tener los papeles traducidos por un traductor público registrado en el país y luego obtener la credencial. Hay que gestionarla después”, agregó.
El árabe, por su parte, le hizo varias preguntas a su contacto uruguayo respecto al trámite: qué significaba “credencial”, si tenía que visitar Uruguay para recoger el documento, si podía renovar el pasaporte en cualquier consulado y cuántos días tenía que pasar en el país. El profesional le explicó el uso de la credencial, le dijo que tenía que visitar Uruguay una sola vez por diez días y que la renovación del pasaporte podía ser gestionada en cualquier consulado.
Posteriormente, el árabe se dedicó a realizar preguntas más específicas sobre el servicio ofrecido por el escribano:
-¿Me puede decir cómo va a manejar esto?- preguntó el paquistaní.
-Una vez que estén los documentos registrados, se procede y dentro de un plazo de treinta días se obtiene la fecha de cuando debe estar la persona para terminar el trámite en forma presencial- respondió Fernández
-Quiero decir, ¿cómo puede administrar esto sin que yo tenga que vivir allí o comprar una propiedad o abrir un negocio, etc.?- repreguntó el árabe
-Eso no es necesario. Con ese documento basta y sobra- agregó el escribano.
-¿Esto es completamente legal? ¿Cualquiera puede hacerlo?- dijo el árabe.
-No es sencillo, por supuesto. Es muy difícil y muy pocos pueden hacerlo- acotó Fernández.
-¿Es posible que haya algún problema y no podamos terminar el proceso después de haber pagado el anticipo?- preguntó el árabe.
-Nunca ha pasado. Podrá demorar más o menos tiempo, pero siempre se obtiene el resultado- aseguró el escribano.
El contacto de Fernández parecía tener muchas dudas respecto al servicio ofrecido por el escribano y su resultado. En ese sentido preguntó si en el documento aparecería su país de nacimiento, porque en el documento de “una amiga que nació en Irán y luego obtuvo un pasaporte uruguayo” le aparece su país natal y “no puede viajar alrededor del mundo”. Fernández, por su parte, aseguró que eso no ocurría: “En el documento nuevo tiene que figurar como nacionalidad uruguaya independientemente del lugar de nacimiento. En el único lugar que dirá Pakistán será en una futura cédula de identidad”.
Al paquistaní pareció interesarle la propuesta y consultó el costo, pero no obtuvo respuesta de Fernández. Ante esa situación volvió a escribirle y consiguió una respuesta: “Para la esposa ciento veinte mil. Hijos cincuenta (dólares)”.
Días después, el árabe envió un documento PDF titulado “Solicitud 1″ y explicó que ahí estaban “los datos actualizados del jeque”. “Ah, buenísimo. Me pongo en campaña. Saludos”, respondió Fernández.
Sin embargo, al parecer el trámite no avanzaba al ritmo que el paquistaní pretendía, quien le escribió al escribano sobre el estado del servicio y preguntando si la ciudadanía “debía ser certificada en el consulado uruguayo en Pakistán”. Fernández, en tanto, respondió: “No. Están procesando la información que les envié y en unos días más me contestarán. Le aviso”.