Irán 0 - Estados Unidos 1 / Capitán América Pulisic, al rescate

Un gol de la estrella del Chelsea clasifica a Estados Unidos a octavos de final y condena a Irán, que regaló la primera parte. Espera Países Bajos.

Ignacio Camacho
As
Menos mal que de política no vive el fútbol. El Irán-Estados Unidos se había anunciado como un duelo marcado por la tensión política entre ambos países, pero la única tensión que hubo en el estadio Al Thumama fue la que se vivió en los últimos minutos del partido, cuando un gol a favor de cualquiera de los dos equipos mandaba al rival a casa, pero en contra obligaba al que encajara a hacer las maletas. Finalmente, fue Estados Unidos, gracias a un gol de Pulisic en la primera parte, la que supo aguantar un resultado que la clasifica a octavos de final del Mundial, donde le espera Países Bajos.

Mientras no llegaran noticias del otro partido, Irán no tenía ningún interés en que saliera notificación alguna del suyo. El empate en ambos encuentros la clasificaba a octavos y salió a especular desde el primer minuto. Regaló el balón a Estados Unidos y se dedicó a defender en bloque bajo, una situación que no le resulta nada incómoda al equipo de Queiroz, que hace años se graduó en la escuela de la tacañería. Irán dejó a Pulisic serpentear entre líneas y a McKennie mover la pelota de lado a lado con la esperanza de que la selección norteamericana confirmase que es tal y como se había visto en los primeros dos encuentros: un equipo con talento para mover el balón pero al que le falta colmillo para morder al rival.

Musah tuvo la primera oportunidad desde fuera del área y Pulisic, de cabeza, la segunda. Ninguna puso en aprietos a Beiranvand, recuperado después de lesionarse ante Inglaterra. Al cuarto de hora, Irán estaba embotellada en su área. Tampoco le importaba. El dominio de EE UU no se materializaba en ocasiones claras. Weah estuvo cerca de abrir el marcador, pero decidió mal y cabeceó flojo un balón que pudo bajar para fusilar al meta iraní, que apenas tuvo que hacer esfuerzos para blocar el balón. Unos minutos después el hijo del primer Balón de Oro africano fue más contundente, pero su derechazo se marchó medio metro arriba de la portería.

La brecha

EE UU encontró un camino por el que hacer daño en la derecha, donde las incursiones de Dest cada vez eran más frecuentes. Para parar la hemorragia, Queiroz ordenó a Taremi incrustarse en la línea de centrocampistas y seguir al lateral. No dio resultado. Los delanteros lo son por algo. La única acepción que conocen de la palabra marcar es la de hacer un gol. Para ellos, lo de marcar al hombre es un invento de la RAE. Aprovechando la situación, McKennie vio como Dest le cogía la espalda a su nuevo follower y le puso un balón bombeado a la espalda de la defensa que el ex del Barça cabeceó hacia el centro del área para que Pulisic, el Capitán América, empujara el la pelota al fondo de la red. Ya en el descuento de la primera parte Weah batió a Beiravand, pero el 2-0 no subió al marcador gracias al asistente de Mateu Lahoz, que demostró tener una supervisión al señalar un fuera de juego milimétrico sin que hiciera falta la entrada de la tecnología.

La segunda parte empezó con novedades en el duelo británico. Un gol de Rashford y otro de Foden en cinco minutos daban alas a Irán, que se aseguraba el pase si lograba empatar el encuentro. Obligado a buscar el gol, Queiroz movió ficha y sacó del campo a un Azmoun inédito por un Ghoddos que en diez minutos rozó dos veces el gol, pero sus remates se fueron desviados por poco. Por su parte, Berhalter tuvo que sustituir a Pulisic, que salió dolorido de la jugada del gol tras chocar con Beiranvand. Con más pasión que fútbol, Irán se fue en busca del empate, pero EE UU, la selección más joven del torneo, demostró unos nervios de acero impropios de su juventud y supo aguantar un resultado que la mete en octavos y manda a Irán a casa.

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