Goldman Sachs advirtió que China se encuentra “a meses para la reapertura real” de la política de COVID cero
Los analistas indicaron que no esperan una flexibilización significativa hasta después de la sesión parlamentaria anual del régimen de Xi Jinping en marzo
Las últimas negocaciones en las bolsas de Hong Kong y Shanghái fueron al alza tras unas jornadas volátiles, impulsadas por la especulación de que Beijing pronto podría aliviar su política frente a la pandemia. No obstante, los economistas de Goldman Sachs pusieron paños fríos a los rumores.
“Todavía faltan meses para la reapertura real, ya que las tasas de vacunación de los ancianos siguen siendo bajas y las tasas de letalidad parecen altas entre los no vacunados según los datos oficiales de Hong Kong”, dijeron los economistas de Goldman Sachs dirigidos por Hui Shan en una nota del medio CNBC el domingo.
El análisis apunta que no esperan que la flexibilización significativa comience hasta después de la sesión parlamentaria anual de China en marzo.
Es probable que el régimen chino se ciña a su política de cero covid “hasta que se hayan realizado todos los preparativos médicos necesarios”, explicaron los analistas de la firma. Así, la consultora mantiene su opinión de que China podría reabrir en el segundo trimestre de 2023, y la expectativa “de referencia” era una reapertura en el trimestre de abril-junio.
Esa decisión es esperada por los efectos que tendría en las acciones. “Los mercados de valores suelen reaccionar de forma más positiva a la relajación de la política local que a la reapertura internacional, con un rendimiento superior en los sectores cíclico nacional y de consumo”, indicó la nota de CNBC. “Estimamos que una reapertura completa podría impulsar un 20% al alza para las acciones chinas en función de análisis de sensibilidad empíricos, de arriba hacia abajo e históricos”, comento la nota separada de economistas, incluido Kinger Lau.
EL COVID EN ALZA
China registró el lunes su mayor número de contagios pese a los confinamientos que han afectado la manufactura, la educación y la vida cotidiana del país.
El país reportó más de 5.600 nuevos casos esta jornada, casi la mitad de ellos en la provincia de Cantón, un centro manufacturero en el sur con importantes puertos comerciales.
Beijing puso término este fin de semana a la esperanza de un posible relajamiento de su estricta política de COVID cero, que incluye confinamientos, cuarentenas y pruebas masivas para contener hasta el menor brote de contagios.
Una oleada de escándalos ligados a los confinamientos, con pobladores que reclamaron condiciones inadecuadas, falta de alimento y demoras en la atención médica, socavaron la confianza del público en las medidas.
Un confinamiento en la fábrica de iPhone más grande del mundo, en Zhengzhou, llevó a Apple a advertir el domingo que la producción se vio “impactada temporalmente” y que los clientes tendrán que enfrentarse a demoras para recibir sus pedidos.
“La planta (de Zhengzhou) opera actualmente en una capacidad significativamente reducida”, indicó Apple en un comunicado la noche del domingo.
El gigante tecnológico taiwanés Foxconn, que administra la planta, revisó a la baja sus ingresos trimestrales debido al confinamiento.
La Comisión Nacional de la Salud de China aseguró el sábado que mantendrá la política de cero covid, sepultando los rumores de que Pekín aliviaría su estricta política sanitaria.