Ferrari se desprende de Binotto
Maranello confirma la salida del hasta ahora ‘team principal’, con 28 años en la compañía. Todavía no tienen sustituto, suena Vasseur.
El ingeniero suizo de origen italiano, con casi tres décadas en el equipo y tras haber pasado por todos sus estamentos, abandona el cargo de máximo responsable que había ocupado en los últimos cuatro cursos. Es también el gran valedor de Sainz, quien le fichó para la escudería en 2020. Se marcha con siete triunfos, un motor polémico en 2019, dos años de travesía por el desierto y una recuperación edificante en 2022 no rematada por culpa de la estrategia y la falta de fiabilidad. Irónicamente, cumplió con el objetivo de ganar carreras que le habían fijado para esta campaña. Aun así, pesan más los peros (errores de bulto en la estrategia, en los ‘pit-stop’, los enfados de Leclerc) que los puntos positivos (doce poles, cuatro victorias, subcampeones de pilotos y constructores).
“He decidido concluir mi colaboración con Ferrari. Dejo la compañía que amo y de la que he sido parte durante 28 años con la serenidad y la convicción de que hice todos los esfuerzos para lograr los objetivos. Dejo un equipo unido y en crecimiento, fuerte, preparado para lograr los mayores objetivos. Es el momento adecuado para dar este paso y la decisión es difícil”, dice Binotto en el comunicado de su salida. Ferrari cambia el rumbo, pero no se sabe muy bien hacia dónde se dirige ahora. El italiano Vigna, de 53 años, CEO de la compañía y físico con amplia experiencia en el sector de la tecnología, asumirá sus funciones extraoficialmente de manera interina. No tiene pasado carrerista ni ambiciones de ‘team principal’.
Si Andreas Seidl no ha aceptado, como ha publicado el ‘Corriere’, se presume que será el turno de Frédéric Vasseur, con quien ya se han mantenido conversaciones recientemente y que en la actualidad dirige Sauber (Alfa Romeo). Pero no hace falta mucha observación desde el paddock para apostillar que Ferrari no necesitaba, o no solo, un nuevo capitán, y menos desprenderse del que tenía sin tener atado a un sucesor. Además, se abre la puerta a una caprichosa paradoja: el coche de 2023 puede ser ganador (es prioritario en Maranello desde el verano) y dar resultados con un sustituto al mando de una estructura idéntica a la actual; mientras el verdadero artífice está podando los setos del jardín.