El vicepresidente electo Geraldo Alckmin coordinará la transición de gobierno en Brasil: así será el proceso
Se prevé la creación de un equipo con unos 50 miembros y conformado por los principales líderes del PT y de los partidos de la coalición que construyó Lula
Hoffmann dijo que volverá a hablar sobre la transición con Ciro Nogueira, jefe de gabinete del presidente saliente Jair Bolsonaro, que aún no ha reconocido su derrota tras perder la reñida carrera del domingo contra Lula.
El presidente electo asumirá el cargo el 1 de enero.
Según el medio brasileño Globo, Alckmin liderará un equipo con 50 personas, que mezclará personal técnico y político para dialogar con los miembros del gobierno de Jair Bolsonaro. Se espera que el grupo esté conformado por los principales líderes del PT y de los partidos de la coalición que construyó Lula.
El período entre la elección y la investidura es regulado por una ley de 2002 que prevé la creación de un equipo de transición que puede tener hasta unos 50 miembros nombrados por el presidente electo, remunerados por el Estado. La norma se aplicó por primera vez cuando Lula debutó como presidente, sucediendo a Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).
La legislación prevé entre otras cosas que “los miembros del gabinete de transición (...) tengan acceso a informaciones sobre las cuentas públicas, los programas y proyectos del gobierno”. El coordinador del equipo debe encargarse de solicitar acceso a los documentos oficiales.
Es habitual que los integrantes de la transición se transformen luego en ministros. Ese fue el caso de Onyx Lorenzoni, que coordinó el gabinete de transición de Bolsonaro tras la elección en 2018 y luego ejerció diversos puestos en su gobierno. Paulo Guedes, actual ministro de Economía, también formó parte del equipo desde antes de la investidura.
Lula debe ir anunciando en las próximas semanas a los miembros de su gobierno. Entre sus promesas de campaña figuran la recuperación del Ministerio de Cultura, rebajado a la categoría de Secretaría durante el mandato de Bolsonaro.
Y la creación de un ministerio “de los pueblos originarios”, dirigido por un/a indígena.
Pero es sobre todo el nombre del futuro ministro de Economía el que suscita mayor interés: según los analistas, Lula podría escoger un economista que defienda el rigor fiscal, para tranquilizar a los mercados.