El VAR y la Real hunden al Sevilla

Del Cerro Grande expulsó vía monitor a Rakitic y Nianzou y los nervionenses no levantan cabeza mientras los donostiarras recuperan puesto Champions.

José A. Espina
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Como si de Matrix o Terminator se tratara, las máquinas del VAR se han rebelado y andan multiplicando a la enésima potencia sus rearbitrajes en esta Liga loca que se marcha de manera inminente rumbo al Mundial de Qatar. Permanecía todavía caliente el derbi del Villamarín, en el que De Burgos Bengoetxea echó a un sevillista y dos béticos después de acudir al monitor, y esta vez le tocó a Del Cerro Grande, capaz de enseñar dos rojas al equipo de Nervión, tempraneras y muy limítrofes, y que tuvieron pasar ambas por la aduana de Jaime Latre en Las Rozas. La consecuente victoria de la Real Sociedad ahonda en la ruina de un Sevilla que sigue sin ganar en casa esta temporada y que si el Cádiz y/o el Celta puntúan hoy vivirá el parón en puestos de descenso. Desastre total para un equipo confeccionado, sobre todo en sueldos, para volver a pelear por la Champions, esos puestos nobles al que regresa el equipo txuri-urdin.

Dominaba y ganaba ya la Real gracias a un gol de Sorloth (0-1, 20′) cuando Del Cerro comenzó su serie de peregrinaciones al monitor para ver roja directa donde había señalado amarilla, en una falta ‘táctica’ de Ivan Rakitic que acabó por revelarse como pisotón del croata sobre Brais Méndez. Minutos más tarde, y después de que Remiro negara el empate a Isco como una gran parada, el árbitro madrileño volvía a rectificar una falta señalada sobre el propio Brais para convertirla en expulsión de Nianzou. Vaya manera de volver a jugar para el central francés, ausente por lesión varias semanas. Vaya caos para el Sevilla, que en el 35′ recibía además el 0-2, obra del talentoso jugador gallego, al que las entradas rivales, tan graves para el VAR y también para Del Cerro, no parecían haber afectado ni un poquito.

Las rojas dieron una coartada al Sevilla, pitado en el inicio por una grada que se olvidó del mal juego y desvió sus iras hacia el trencilla. El tanto de cabeza de Rafa Mir (1-2, 44′) a poco de alcanzar el descanso le puso un aire de épica, imposible épica, a la segunda mitad. Un segundo acto en la que el 9 contra 11 dio al duelo al aire de un partido de balonmano, con la Real circulando el balón de banda a banda en busca del hueco que sentenciara a los locales, agazapados en busca del una contra o un balón parado que obrara el milagro. Se acercó a él En-Nesyri, en un cabezazo que se fue por poco, mientras Kubo y Pablo Marín se estrellaban contra Bono y su propia inocencia en más de un contragolpe clarísimo. Afortunadamente para ellos, el marcador no se volvió a mover.

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