Champions League: tras la debacle del Atlético de Madrid, Simeone mandó un llamativo mensaje
Luego de la derrota ante Porto, que lo marginó también de la Europa League, el Cholo rescató únicamente a un juvenil que debutó y jugó cinco minutos
Llegaba a la última fecha del Grupo B sin posibilidades de clasificarse a los octavos de final de la Champions League y la caída también lo dejó afuera de la Europa League, la segunda competencia de clubes del Viejo Continente. El Atlético finalizó cuarto, último, en una zona sin cucos, en la que el sorteo le había evitado alguno de los equipos ingleses. Hasta el propio Simeone había reconocido que era un grupo para obtener la clasificación en la penúltima jornada. La realidad fue en sentido opuesto.
La dura eliminación no altera el panorama previo: ni Simeone piensa renunciar -posibilidad que había descartado ayer- ni la conducción del club, más allá de una creciente disconformidad por la marcha del equipo, se animará a despedirlo. En casi 11 años de gestión, el Cholo se ganó el crédito para que nadie le marque los tiempos. Eso sí, sin estar en la cuerda floja, deberá demostrar que está capacitado para salir del bache más profundo de su largo ciclo, algo que también tiene muy disgustada e impaciente a su devota hinchada.
En nueve participaciones como entrenador del Atlético en la Champions League, el Cholo cerró su peor campaña. Sin solidez defensiva, un equipo de Simeone se queda sin identidad, no tiene donde apoyarse. Siempre creció desde atrás hacia adelante y en esta Champions la última línea estuvo lejos de ser una garantía. Recibió 9 goles en seis partidos, la mayor cantidad en la etapa de grupos desde que está Simeone.
La palabra de Simeone
La derrota ante el firme y pragmático Porto profundizó las carencias. Antes de los 25 minutos ya perdía 2-0. En el primer gol, el iraní Mehdi Taremi, -con cinco es el máximo anotador del conjunto luso- encontró todas las comodidades para entrar a definir una asistencia desde la derecha. Unos minutos más tarde, Stefan Savic falló en un cruce y facilitó el segundo gol, convertido por Eustáquio.
El entrenador argentino no se refugió en excusas tras el encuentro: “Lo que se vio en el campo lo vimos todos. Fueron superiores, tuvieron mejores repliegues, posicionamientos, convirtieron las dos primeras que tuvieron, fueron contundentes. Hay que ver de qué manera podemos mejorar en Europa, los números son malos. Marcamos poco y casi todos los equipos fueron superiores. Terminamos donde merecimos. La realidad es la que tenemos hoy, estamos jodidos por quedar fuera”.
Lo más destacado del partido
Por sus palabras se entiende que Simeone no encontró respuestas en sus jugadores. Ante Porto, salvo Oblak, por varias atajadas que impidieron una goleada, el resto tuvo un rendimiento opaco, del que tampoco escapó Rodrigo De Paul, generoso en el despliegue, pero errático con la pelota. Fueron titulares Antoine Griezmann, Ángel Correa y João Félix; luego ingresaron Matheus Cunha y Yannick Carrasco. Jugadores con largo recorrido internacional no faltaron. Seguramente Simeone, más allá de su responsabilidad como conductor, esperaba más de ellos. Por eso sorprendió cuando le preguntaron si rescataba algo positivo: “Además de Oblak, salvo a Barrios. Me gusta el chico. Hablé con él, tiene muchas cosas buenas. Está apareciendo un chico muy interesante”. Barrios es Pablo, un mediocampista de 19 años que debutó en la Champions en los cinco minutos finales frente a Porto. La invocación del juvenil sonó a un mensaje para la mayoría de los caciques.
Como referente, Griezmann dio la cara: “Si solo ganás un partido en la fase de grupos, no merecés nada. Ni octavos de Champions, ni Europa League. Ahora toca apretar el culo, cerrar la boca y trabajar”.
Simeone probó casi todo: empezó la Champions con línea de tres, volvió a la de cuatro y en Portugal naufragó otra vez con tres zagueros. El belga Axel Witsel fue líbero y mediocampista; el uruguayo José María Giménez estuvo castigado por las lesiones; Savic nunca estuvo firme; Nahuel Molina fue permeable como lateral y no hizo diferencia cuando pasó al ataque como carrilero.
Sin cerrojo defensivo, el ataque disparó balas de fogueo. Apenas marcó cinco goles en seis fechas, y el último, el descuento ante Porto en el minuto 94, fue todo un síntoma: lo hizo en contra el zaguero Marcano. Una paradoja familiar entrega esta Champions: mientras el Cholo sufría porque su equipo solo fue capaz de anotar cinco goles, su hijo Giovanni suma cuatro en Napoli.
En los seis cotejos, Atlético de Madrid solo estuvo cuatro minutos adelante en el marcador. Fue en su única victoria, en la primera jornada, cuando Mario Hermoso anotó en el 2-1 sobre Porto. Demasiado poco para las expectativas generales.
Sin Champions, Atlético de Madrid dejará de ingresar alrededor de 25 millones de euros, una suma necesaria para solventar los altos contratos del plantel. En la Liga de España, la irregularidad del Atlético en 12 fechas ya lo dejó a nueve puntos del líder Real Madrid y a ocho de Barcelona, el escolta. Se ubica tercero, en un segmento apretado de la tabla, con cinco equipos separados por tres puntos. Recluido dentro de las fronteras de España, al Atlético le quedan La Liga y la Copa del Rey para atenuar lo que ya es un sonoro fracaso.
Simeone se acerca a los 600 partidos oficiales en el Atlético. Ante Porto cumplió 596 e igualó el récord en un mismo equipo de España que tiene Miguel Muñoz (Real Madrid), entre 1960 y 1974. No son tiempos para festejos, pero aun en sus horas más bajas el Cholo saca al guerrero que lleva adentro: “No me gusta esa expresión de tocar fondo. Siempre se puede estar peor. Hay que ocuparse de mejorar. Saber cómo estamos es la única manera que yo conozco para salir de situaciones así. ¿Cómo? Estar juntos, tener claro lo que queremos, involucrarse todos. Todos. Club, la gente, nosotros. Esa es la mejor manera de afrontar lo que viene”.