Brahim tiene espejos

Hay ejemplos de jugadores que, tras salir y madurar, se ganaron volver al Madrid para quedarse. Brahim se fija en Morata, Valverde, Casemiro, Carvajal...

Sergio López de Vicente
As
Sí, se puede tirar la puerta del Madrid. De hecho, la historia reciente refleja que dar una patada es hasta más eficiente que llamar con urbanidad. Explotar con un rendimiento tan notable, que el asombro del club reabra los accesos. Es lo que está intentando Brahim... y va por buen camino. Este verano acabará su cesión por dos temporadas en el Milan; y sus números le están abriendo la puerta a volver. Participa en un gol cada 92 minutos, es el segundo máximo generador del equipo (con un promedio de 4,16 y sólo superado por Leão) y el tercero, menor de 23 años, de las cinco grandes ligas (1,18 por 90 minutos; sólo le superan Rodrygo y Musiala). Se está ganando el regreso. Y tiene ejemplos de que se puede.

Casemiro (2015)

De todos los ‘viajes’, el suyo fue el que más dinero movió. El verano de 2014 aún era una promesa emergente, suplente en el equipo que alzó la Décima al cielo de Lisboa (de hecho, en la final, pese a estar Xabi Alonso sancionado, no llegó a entrar en la convocatoria; el pivote suplente fue Illarramendi y el titular, Khedira). Asumió que su mejor opción era salir e hizo las maletas rumbo a Porto, siendo una petición expresa de Lopetegui -era el entrenador-, que lo encargó como una cesión que costó 600.000 euros.

Al finalizar la temporada 2012/2013 fue cedido al Oporto, en teoría durante 2 años, pero su buen rendimiento el primer año hizo que el Real Madrid lo quisiera de vuelta, por lo que a partir de la temporada 2014/2015 se incorporó al primer equipo del Real Madrid.

Casemiro, durante un partido con el Oporto.FABRICE COFFRINIAFP

Y en Do Dragao explotó: jugó 41 partidos y llevó a los Dragones Azules a cuartos de la Champions, donde cayeron ante el Bayern. El Porto, con chiribitas en la mirada, comunicó que pagaría los 15 millones de su opción de compra... pero el Madrid lo paró todo. Porque podía: si abonaba 7,5 millones y lo comunicaba antes de un 5 de junio, tenía derecho a frenarlo. Y Case volvió, esa vez, para convertirse en leyenda. Porque desde entonces se volvió indiscutible y levantó cuatro Orejonas más.

Carvajal (2013)

El niño de la primera piedra en Valdebebas se tuvo que ir a Leverkusen. El verano de 2012, pese a ser uno de los diamantes más brillantes de La Fábrica, aún no sabía lo que era debutar con el primer equipo en partido oficial. E hizo las maletas para buscarse la vida, marchándose vendido al Bayer Leverkusen a cambio de 5 millones (firmó por cinco temporadas). Pero el acuerdo tenía tres balas de recompra en la recámara.

Carvajal, durante su presentación con el Bayer Leverkusen.
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Carvajal, durante su presentación con el Bayer Leverkusen.

Y el Madrid no esperó: disparó la primera. Diana. Si quería recuperarlo el primer verano, debería pagar 6,5 millones (lo que hizo). Se trajo de vuelta a un titular en la Sub-21 que había jugado 36 partidos, marcado un gol, dado ocho asistencias y escogido mejor lateral derecho de la Bundesliga. Una promesa que, casi una década después, ya es el cuarto capitán del primer equipo y propietario de otras cinco Champions.

Morata (2016)

El killer de La Fábrica no lo tuvo fácil. La 2012-13 empezó a meter la cabeza en el primer equipo, pero sólo pudo pescar minutos a cuentagotas ante la tiranía del duopolio Benzema-Higuain. El año siguiente se marchó el argentino, por lo que vislumbró que podía ser su momento, pero el mercado se convirtió en un monopolio lionés (no llegó a los 1.000 minutos entre todas las competiciones). Y decidió que lo más apropiado era salir. Pero no fue una cesión, sino una venta: la Juventus pagó 20 millones y se lo quedó en propiedad. En aquel momento los delanteros de la Vecchia Signora eran Llorente y Tévez.

Álvaro Morata, con la Juventus.
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Álvaro Morata, con la Juventus.BERTRAND LANGLOISAFP

Morata rápidamente se hizo con el puesto, jugando 2.301′ en su primera temporada y marcando 15 goles; una situación muy diferente a la que tenía en Madrid, al cual eliminó en semifinales de la Champions. En Turín pasó un segundo año, firmando 12 goles y disfrutando de 2.377′. Su buen hacer le sirvió para ser el delantero titular de España en la Eurocopa. Y llegó el verano de 2016, cuando el Madrid pagó sus 30 millones de cláusula para repescarlo. Sólo jugó una temporada más de blanco, pero en ella ganó otra Champions.

Valverde (2018)

De suplente en el Dépor... a top Mundial (AS lo desglosó en un reportaje). El Madrid pagó cinco millones de euros para fichar a la gran promesa de Peñarol. Y le costó arrancar. La primera temporada se la pasó en la dinámica del Castilla y del juvenil A (con el que jugó la Youth League, cayendo en semifinales frente al Benfica). Solari, entonces técnico del filial, apostó mucho por él como mediocentro, pero no terminó de explotar como para subir al primer equipo.

Fede Valverde, durante un partido con el Deportivo de la Coruña.
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Fede Valverde, durante un partido con el Deportivo de la Coruña.Getty Images

Así que hizo las maletas en busca de una cesión. Y se fue al Dépor de Pepe Mel, con el que fue -principalmente- interior izquierdo. Tampoco fue su año más glorioso: 25 partidos... y cero goles y asistencias. La llegada de Parralo al banquillo le llegó a desplazar, puntualmente, al lateral derecho. Fue un naufragio: aquel Dépor descendió a Segunda. Pero el Madrid apreció una madurez en él y nada más volver, le comunicó que podía quedarse en el primer equipo. Una decisión que ha justificado el tiempo: hoy es día está valorado en 80 millones y es titularísimo.

Lucas Vázquez (2015)

Un último ejemplo en la historia reciente sería el extremo... lateral. Otro producto de La Fábrica que, ante la imposibilidad de jugar con los ‘mayores’, se marchó cedido una temporada al Espanyol. Fue la 2014-15, con Sergio González en el banquillo. De los 46 partidos que tuvieron que afrontar los pericos, jugó 39. Y de los siete que se perdió, sólo tres fueron por decisión técnica (dos de ellos, descansos en Copa; de los otros cuatro, tres tuvo molestias y en uno, estuvo apercibido).

Lucas Vázquez, con el Espanyol.
Lucas Vázquez, con el Espanyol.Getty Images

Su resumen en números es sobresaliente: fue el cuarto de la plantilla que más jugó (3.189′; sólo superado por Kiko Casilla, Sergio García y Álvaro González). Marcó cuatro goles y dio siete asistencias. Una temporada memorable para el Espanyol, semifinalista de Copa (eliminado por el Athletic) y décimo en Liga, a sólo 6 puntos de Europa. El Espanyol ejerció su opción de compra y durante unas tres semanas, Lucas fue futbolista suyo en propiedad; pero el Madrid, poco después, abonó en torno a un millón para recuperarlo. El resto ya es historia.

¿Y Brahim...?

El malagueño tiene ante sí el desafío de entrar en este club. El de los futbolistas que de primeras se encontraron la puerta cerrada y, tras salir, volvieron para quedarse. Tiene contrato con el Madrid hasta junio de 2025 y regresará este mismo verano. Sería una alternativa más para la medular de Ancelotti, que con Modric al borde de los 38 años y Kroos, dubitativo sobre su futuro, empieza a demandar piernas de futuro. En esa torna ya han entrado Tchouameni, Camavinga... y podría hacerlo Bellingham. A la par, aprieta por su oportunidad Brahim, que tiene ejemplos de que sí, se puede.

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