Bochorno de Francia ante Túnez

La campeona del mundo cayó por la mínima ante una selección que fue la única que intentó llevarse el partido desde el principio. Griezmann empató en el 98, pero fue anulado.

Andrés Onrubia
As
La única selección que buscó la victoria de principio a fin, Túnez, se llevó el gato al agua en el Education City Stadium de Doha. Las Águilas de Cartago vencieron 1-0 a una Francia áspera, espesa, sin ideas y que pagó las rotaciones de Deschamps, pensando claramente en los octavos de final. Marcó un nacido en Francia, Khazri, desatando la locura en la grada, aunque fue insuficiente, ya que la victoria de Australia contra Dinamarca les deja sin opciones de pasar a la siguiente ronda. Griezmann, que fue suplente, pero no le impidió volver a ser el mejor, empató en el 98, pero el VAR lo anuló por posición antirreglamentaria.

Con la vista puesta en los octavos, el once de la campeona del mundo poco o nada se asemejaba al que había utilizado Deschamps en las dos primeras jornadas. Dentro de sus rarezas, está la de Camavinga. El mediocentro del Real Madrid actuó como lateral izquierdo y Disasi, que debutaba con la selección francesa, comenzó como lateral derecho cuando su posición es la de central. En el medio, Fofana, Veretout y Guendouzi acompañaban a Tchouaméni y Kolo Muani y Coman formaban el ataque. Una alineación, en resumidas cuentas, inaudita.

El partido arrancó en los himnos. El fuerte sentimiento nacionalista tunecino, que consiguió su independencia del imperialismo francés en 1955, pitó La Marsellesa, algo castigado con cárcel en Francia por el Código Penal, donde reside la mayoría de la fuerte diáspora tunecina.

Cuando apenas se habían terminado de tararear los himnos, Túnez dio el primer golpe. Ghandri aprovechó un centro lateral para batir a Mandanda. El estadio vibró durante varios segundos a una intensidad supersónica, pero el VAR se encargó de fastidiar el momento anunciando que el tanto había sido anulado por fuera de juego del central.

En medio de los desequilibrios franceses, esperados por el inédito once de Deschamps, Camavinga, con permiso de Guendouzi, fue la cabeza de turco. El mediocentro, señalado antes del Mundial, en una derrota en Dinamarca, sintió pavores de lateral izquierdo. Cada ataque tunecino era una pesadilla para el franco-angoleño, que tampoco supo cómo ubicarse con balón. Su letargo, constante, irremediable durante algunos momentos, fue la evidencia de que colocarle en la banda era privarle de su potencial.

Túnez fue un equipo valiente, atrevido, insondable. Los de Kadri le miraron de tú a tú al que fue su imperio colonial durante muchos años y buscaron la clasificación hasta el final. Khazri obligó a Mandanda a intervenir en el ecuador de la primera mitad. Probablemente, en vistas de la importancia de lo que estaba en juego, le faltó pausa en los metros finales y un delantero, ya que Khazri es más un segundo punta que sale de zona y no pudo imponerse en el área a la dupla Varane-Konaté, imperial en todo el primer tiempo.

La tormenta tunecina, que ya había dado sus primeros coletazos, estaba a punto de desatarse. Tras la reanudación, las Águilas de Cartago no modificaron su plan inicial y Francia, que no tenía prisas y estaba encantada con el resultado, ni siquiera intentó mejorar la prestación del primer tiempo.

Una pérdida de Fofana, muy inocente cerca de la frontal del área, precedió al gol de Khazri. El delantero suplente del Montpellier con pasado en la Premier League adelantaba a Túnez de forma merecida. Deschamps no tuvo más remedio que recurrir a Griezmann y Mbappé de cortafuegos, consciente de que las críticas a su once iban a incrementarse en caso de derrota. Precisamente ambos fabricarían la insuficiente mejor ocasión del partido para la campeona del mundo, en un disparo del crack del PSG tras asistencia del jugador del Atlético que repelió Dahmen de forma brillante. Griezmann, que tiene un gen de líder que es indiscutible, empató en el último minuto, pero el VAR lo anuló por fuera de juego, permitiendo que los aficionados tunecinos, a pesar de la eliminación, se fueran a casa con la cabeza bien alta.





Entradas populares