ARABIA SAUDÍ 1 - MÉXICO 2 / México acaricia la proeza, Arabia se va con el recuerdo de Argentina

Henry Martín y Chávez, capaces de anotar los únicos goles del Tri en el Mundial, acercaron el milagro, pero primero el ‘fair play’ con Polonia y finalmente Al-Dawsari les echan. Martino se va.

Iván Molero
As
Añoraba México entonar ‘La negra’, la canción que había escogido para celebrar sus goles en esta Copa del Mundo. Y se pudo resarcir por partida doble, en solo cinco minutos de auténtica locura, como lo acabó siendo su eliminación, al compás de la ranchera más triste. Negra, oscura, se quedó la noche de Doha. Porque la selección azteca derrotó a Arabia Saudí, pero no goleó. Se quedó a una diana de la gloria. Durante unos cuantos minutos, incluso estuvo fuera por el ‘fair play’, igualado todo lo demás con Polonia. Pero Al-Dawsari echó por los suelos todas las esperanzas aztecas con el 1-2 en el añadido, al tiempo al que honró el histórico Mundial de una Arabia Saudí capaz de sorprender a la mismísima Argentina.


Como un correcalles comenzó el asalto entre dos equipos desacomplejados. Con precisos pases entre líneas de Hirving Lozano que obligaron a Alowais a emplearse a fondo al corte. Con el perfil afilado de Kanno, en juego abierto y de falta. Pero pronto se fue adueñando del balón el más necesitado de una victoria, el México del Tata Martino, quien en el que ya es su último partido como seleccionador azteca apostó por Henry Martín en detrimento de Funes Mori y Raúl Jiménez, pero que no estuvo solo en punta. Lo arropó con Edson Álvarez y Pineda, la sorpresa de la alineación, y con las continuas llegadas desde las bandas de sus laterales. El retorno al 4-3-3 y una vocación ofensiva quizá demasiado tardía.

Al progresivo asedio se fue acomodando Arabia emulando el estoicismo exhibido en su histórica victoria ante Argentina. Y en todos los sentidos. Ha ido acumulando caídos en la batalla durante la liguilla (Al Shahrani, El Faraj, Al Burayk…) y mediado el primer tiempo se tuvo que retirar esta vez Albulayhi. No obstante, tuvieron los de Hervé Renard una de las ocasiones más claras al borde del descanso, casi sin haber hecho ruido, en un cabezazo de Alhassan a centro de Alghannam. El gol, tras el penalti que Szczesny le acababa de detener a Messi en el Argentina-Polonia, hubiera puesto líder de grupo a los sauditas.

Nada más lejos de la realidad, pues con la reanudación se desencadenó la locura mexicana. N había sido capaz de anotar en dos partidos y medio, y en cinco minutos lo hizo por partida doble. Y a balón parado. El primero, en un córner que prolongaba César Montes en el primer palo para que Henry Martín metiera el pie. Y el alma. El 0-2, acto seguido, un auténtico golazo de falta de Luis Chávez, que coló el balón por toda la escuadra con el mismo frenesí con el que lo celebró, derramando lágrimas incluso.

Acababa de avanzar Mac Allister a Argentina ante Polonia, lo que situaba a México a un solo tanto de una clasificación que diez minutos antes se antojaba poco menos que imposible. Y la tuvo en las botas del ‘Chucky’ Lozano, en un gol anulado por fuera de juego milimétrico de Martín, por un talón. Se va a acordar el delantero del América de esa acción, como también de la clarísima ocasión que mandó alta, en el 70′, solo ante Alowais.

Para entonces, ya había anotado Argentina el 0-2 en su partido, lo que añadía un inenarrable dramatismo a la clasificación: igualado a todo con Polonia, se quedaba fuera México por el ‘fair play’, es decir, por haber visto más tarjetas amarillas en este Mundial.

La tensión se multiplicaba con un nuevo lanzamiento de falta extraordinario de Chávez, esta vez blocado con el vuelo del omnipresente portero saudita. Y con una presunta mano en el área de los halcones verdes, que el recién ingresado Raúl Jiménez se desgañitó pidiendo pero que ni el árbitro ni el VAR consideraron. Sí fue infracción, y clara, el fuera de juego en que incurrió Antuna en un gol bien anulado.

Y cuando se multiplicaban las ocasiones, el ataque sin fin, las emociones de un Tri que se lo creía en busca de ese gol que les clasificase, llegó el mazazo. El gol de Al-Dawsari en el minuto 95, que en realidad no cambiaba las cosas pero a la vez lo cambiaba todo. Porque ya no había tiempo para reaccionar. Porque era un manotazo de realidad para el combinado del Tata Martino. Porque ya no volvió a sonar ‘La negra’, y México abandona la Copa del Mundo. Hasta la próxima, en 2026, que será en su casa.



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