Alta tensión en Bélgica: reunión de urgencia
Los jugadores y el cuerpo técnico se dijeron las cosas a la cara, según L’Equipe. Lukaku intermedió. Hay relaciones completamente rotas.
Según cuenta el diario, Romelu Lukaku fue el encargado de mediar entre todos e intentar recomponer las relaciones rotas en la plantilla. No es tarea sencilla. Los medios belgas recuerdan que hay algunas diferencias en el vestuario que parecen insalvables. El propio Lukaku y Batshuayi no se llevan bien, Hazard y Trossard tampoco, ni siquiera De Bruyne y Courtois, dos de las superestrellas del equipo. Todo ello ha derivado en una tensión que traspasa el vestuario y deja escenas como la discusión entre De Bruyne y Alderweireld sobre el césped el día del debut ante Canadá.
En plena tormenta, Roberto Martínez trata de concienciar a los suyos de que no todo está perdido. Queda un partido ante Croacia por delante y, si lo ganan, los belgas estarán en los octavos. Parece una misión complicada visto el mal ambiente reinante desde que comenzó la concentración y arrancó el Mundial.
El final de la generación de oro belga está siendo especialmente duro. Algunos jugadores como Hazard y De Bruyne han llegado muy mal de forma, otros como Courtois han copado demasiado el protagonismo y eso ha generado recelos, además de que Lukaku no pudo jugar hasta los últimos minutos del duelo ante Marruecos por una inoportuna lesión. Demasiada tensión como para rendir sobre el campo.