ABU DHABI / El show de los campeones

Verstappen arrasa en Abu Dhabi delante de Leclerc, subcampeón, y Pérez. Sainz, cuarto. Vettel puntúa y Alonso y Hamilton dan espectáculo, pero abandonan.

Jesús Balseiro
As
Lo del cielo eran fuegos artificiales, lo de la pista fue una estrella de verdad. Verstappen venció también la última en Abu Dhabi, la 15ª para él esta temporada, nadie lo había hecho antes, y cerró el círculo de una campaña simplemente perfecta en el asfalto donde se forjó su leyenda hace un año. La vieja guardia dio espectáculo, un emocionado Vettel se marchó con el último punto de su carrera, con amargos ‘donuts’ de retirada; igual que Hamilton y Alonso protagonizaron los adelantamientos de la jornada antes de abandonar. Pero el pasado no gana carreras, la vitrina aquí no cuenta. Cuenta el coche, un Red Bull extraordinario en un 2022 casi ideal; y el talento del neerlandés, uno de los campeones más dominantes de los últimos tiempos.

La carrera se planteó a dos estrategias, una y dos paradas, y el resultado justifica que ambas eran parejas, pero el premio era mejor con un solo ‘pit-stop’. Las escuderías no lo vieron claro así que dividieron: Verstappen iba a una y Checo, con ritmo para ganar, a dos. Leclerc perseguía al mexicano con un Ferrari dignamente competitivo y forzó esa decisión que a la postre sería un error de Red Bull, uno de pocos. El mexicano debió recuperar posiciones con buen ritmo, pero no fue suficiente para alcanzar la segunda plaza de un Charles fiable. Así que el orden bajo la bandera a cuadros y el podio, Verstappen, Leclerc, Pérez; es también el de la clasificación del Mundial.

Carlos Sainz fue cuarto con el otro Ferrari, en su caso a dos paradas. Su domingo tuvo chispazos, como el adelantamiento a Hamilton en la primera vuelta tras perder la plaza en la salida. Se tiró desde lejísimos en la chicane que separa las dos grandes rectas de Yas Marina y frenó firme, dejando espacio a Lewis. El inglés no lo utilizó, atajó y y se tragó un piano ‘salchicha’. “Es justo lo que le hizo a Max el año pasado”, apuntó bien Carlos. Pero esta vez la FIA le obligó a devolver la posición, para que luego digan que no aprenden de sus errores. Pero luego el madrileño se quedó en tierra de nadie, no podía presionar a Charles (que pelaba el subcampeonato). Le tocó ir a dos paradas y se quedó más o menos como estaba, cuarto.

Adelantamientos de vértigo

Hubo más detalles divertidos, de esos que se incluirán en el resumen de la temporada. El propio Hamilton pasó a Carlos al límite en el primer ‘stint’, aunque minutos más tarde el Ferrari recuperaba la posición. Alonso adelantó de una tacada a Bottas y Tsunoda con otra de esas frenadas eternas que recuerdan a MotoGP. También emocionaron las pasadas y repasadas de Vettel y Ocon en la primera parte de la carrera. Parecía que todos estaban enchufados, que se animaban, con Seb en ese ‘top-10′ entre los dos Alpine, pensando quizás en los ‘donuts’ de la vuelta de honor.

Pero el destino y sobre todo los problemas de fiabilidad del motor Renault impidieron a Fernando formar parte de ese show, darse el homenaje que merecían tanto él como su equipo de ingenieros y mecánicos. En la vuelta 29, Alonso enfiló hacia el garaje para no volver a rodar con un Alpine nunca más por culpa de una avería, fuga de agua, que apunta una vez más a la unidad de potencia. Se acabó, noveno del Mundial y detrás de su compañero en la tabla, aunque la pista dijera otra cosa. Porque el coche de Esteban, fabricado en titanio, llevó al francés al séptimo puesto por detrás de Norris. Ganó una plaza al final por la avería de Hamilton. El tridente de multicampeones que despidió a Fernando en 2018 no pudo reeditarse con ‘Seb’, décimo a pesar de la estrategia conservadora de Aston Martin. Pero el alemán no llora, sonríe. Cuando decides que te marchas es porque ya te has ido.

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