Simeone recurre a su vieja guardia
Correa fue el héroe con un doblete y Oblak salvó con dos paradas. Griezmann dio juego y asistió al ‘10′ para obtener un triunfo fundamental y sufrido.
Dos jugadores cosecha del mercado de 2014, al igual que un Griezmann liberado en minutos y que puso el juego, el temple y la asistencia para que el argentino abriese el marcador y volviese a demostrar que merece ser importante en este equipo. Correa, Oblak y Griezmann son tres de los grandes veteranos de la plantilla, solo superados por un Koke que ya es el jugador con más partidos de la historia del club, Saúl, que debuto en 2012 tras subir de la cantera, y Giménez, incorporado en 2013. Eso sí, en el caso de Correa, su debut tuvo que esperar un año más después de detectarse un tumor en su corazón del que tuvo que ser intervenido.
Y cuando Simeone se encuentra en dificultades, nada como su vieja guardia para resolver el apuro. “Cuando Correa está enojado fuera, lo demuestra dentro del campo y eso le da más oportunidades de jugar en un equipo que es todo pasión y exigencia muy alta”, explicaba el técnico. No todos los nuevos han comprendido esa filosofía del argentino de exprimir cada minuto y salir siempre con la mejor actitud pese a que el técnico le deje noche tras noche en el banquillo. El argentino ha sido dos veces titular este curso, en ambos ha abierto el marcador y ha sumado tres goles. Así se pide paso.
Griezmann por su parte volvió a demostrar que nadie entiende el juego del equipo como él. Inteligente para moverse entre líneas, bajar a recibir cuando la defensa tenía dificultades en la salida de pelota y lanzar desmarques al espacio cuando el Girona subía sus líneas. Una vez se ha firmado el acuerdo para su continuidad, parece que la titularidad va a ser de nuevo la forma de vida de Antoine. Eso sí, en alguna ocasión el francés pareció acusar físicamente el salto de tener que esperar a la media hora final a ser titular y completar el duelo de Brujas y repetir pocos días después en Liga.
Correa y Griezmann eran los protagonistas del triunfo hasta salir sustituidos pasada la hora de juego. Y acto seguido, Riquelme, chico de la casa que debería tener más temprano que tarde su oportunidad de rojiblanco, sembró el pánico con un disparo lejano que tras tocar en Giménez cambió su trayectoria y redujo la ventaja. Lo que parecía una victoria cómoda se tornaba en una histeria por proteger los puntos. El Atlético se olvidó del balón, intentó replegarse sobre su área, con Savic y Giménez taponado todo centro lateral, pero desprotegió los alrededores, zona desde donde había llegado el tanto de Riquelme y dónde lo volvió a probar Aleix García con dos disparos extraordinarios... Que se toparon con Oblak.
El esloveno lleva unos meses sufriendo muchos goles para la cantidad de disparos que recibe, pero pocos teniendo en cuenta la claridad de los mismos. Y si no pudo actuar ante el endiablado rebote en el gol de Riquelme, sacó dos manos izquierdas extraordinarias que evitaron el empate. Una victoria importantísima y que refuerza más al equipo en puntos que en sensaciones, pero que a la larga son de las que permiten cumplir el objetivo y crecer a partir del resultado. Y, para ello, nada como acogerse a los jugadores que mejor representan al Atlético. La vieja guardia de Simeone salió al rescate cuándo más lo necesitaba su técnico.