San Lorenzo venció a Sarmiento en Junín con un show del contraataque: seis gritos, con un gol mejor que el otro

Como visitante, el Ciclón se impuso por 4 a 2 y crece el optimismo, de cara a lo que vendrá

Se impuso sobre Sarmiento por 4 a 2, en Junín, con una dosis de pragmatismo admirable. Atacó cuando quiso, se sintió cómodo en el arte del contraataque. Obtuvo la tercera victoria en serie. Y sueña con el último pasaje para la Copa Sudamericana. Aunque lo que importa es la base. Eso ya está, según advierte el conductor, que sabe que en 2023 habrá que ir por todo.

“El equipo fue evolucionando a medida que fue transcurriendo el tiempo. Pero hay que trabajar mucho para ser un equipo fuerte. La idea es pelear arriba el año que viene, queremos ser más competitivos. Los jóvenes, con 30 partidos en primera, ya van a estar listos, con otra tónica. Hay que apostar el año que viene a cosas importantes”, sostiene el Gallego, de 61 años.

Cerutti, con todo, por las bandas de San Lorenzo
Cerutti, con todo, por las bandas de San LorenzoTwitter @SanLorenzo

Tomó las riendas del Ciclón cuando casi nadie se animaba, ya que la mayoría de los últimos entrenadores duraron un suspiro, envueltos en un manto de desconfianza, con repetidas derrotas. “El mérito es de los jugadores, establecimos una línea de pensamiento, con orden. Nosotros nos terminamos de armar en la décima fecha...”, recuerda el DT, siempre querido, ahora más respetado que nunca.

En el arranque, Espinoza cobró penal una zambullida en el área del Perrito Barrios. El VAR tardó demasiado: tres minutos en llamar al juez. La tecnología corroboró lo ocurrido: no fue falta. Al rato, San Lorenzo siguió insistiendo y tuvo su recompensa: un remate de Braida, que se aprovechó de un desvío. El partido no dio respiro, al rato, Gondou, de cabeza, selló el 1-1. EL VAR lo revisó también, por una supuesta infracción en la acción previa.

San Lorenzo atacó con insistencia: un bombazo de Vombergar encontró una débil resistencia de Meza. Y al rato, Bareiro estableció el tercero, con un derechazo cruzado, en un contraataque perfecto. El palo lo salvó del descuento y rápidamente Braida, después de otro rebote, marcó el 4-1. Fue un show del gol: descontó Quinteros.

Sarmiento extravió el cerrojo. San Lorenzo lo quebró, con una renovada dosis de optimismo.


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