Rüdiger quiere ser Pepe
Rüdiger le tiene como referente y como el portugués, también dado a las brechas, parte de inicio con un listón a superar...
El alemán tiene en aquel Pepe también dado a las brechas (en un choque con Casillas contra el Valencia, en agosto de 2012, acabó sangrando y en la UVI...) un ejemplo.
El listón para Rüdiger no es justificar el coste de fichaje, como le sucedió a Pepe con los 30 millones de su traspaso (una cifra récord en el Madrid por un central), sino desbancar en minutos a una pareja consolidada como forman Militao-Alaba que fortificó el doblete Liga-Champions. Un tándem que rueda con la bendición de Ancelotti desde la misma pretemporada, cuando aseguró públicamente que no quería tocar ese aspecto de la defensa blanca.
El reparto de minutos está volcado hacia Alaba (1.183′) por su doble función como central y lateral zurdo, pero entre Militao y Rüdiger no hay tanta distancia: 864′ a 808′, gana el brasileño. Una señal inequívoca de que, para Ancelotti, el alemán está en el ‘mix’ junto a la dupla exitosa del año pasado.
No sólo ese estilo bravo y contundente por alto equipara a Rüdiger con Pepe, en sólo cuatro meses en Madrid el internacional teutón está ganándose al madridismo con su carácter extrovertido y carismático, bailes en el vestuario incluidos. No pocos se acuerdan de que la famosa silla de Alaba empezó el camino a la Decimocuarta... y quien sabe si la ceja de Rüdiger en Varsovia puede el símbolo del despegue de un nuevo triunfo europeo del equipo blanco.