Messi y Mbappé maravillan

Ambos, decisivos ante el Ajaccio y presentes en los tres goles del PSG en su victoria en Córcega, decidieron un partido cómodo para el líder de la Ligue 1.

Andrés Onrubia

As

Una tarde cálida en Ajaccio, con un ambiente hostil, la decidieron dos genios, Leo Messi y Kylian Mbappé. El argentino, desatado, fabricó el primer gol del PSG con una asistencia fabulosa al internacional francés, que le devolvió el regalo con un taconazo a la altura de los más grandes y todavía tuvo tiempo para aprovechar una última asistencia del rosarino. Los parisinos vencieron con holgura a un débil Ajaccio por 0-3 y confirmaron todavía más su liderato en la Ligue 1. Messi, con su diana en Córcega, igualó los mismos goles que anotó durante su primera temporada en París y se erigió como el jugador que más asistencias ha dado en todo el 2022.

Con presencia de tres españoles en el once (Bernat, Fabián Ruiz y Carlos Soler, novedad), sin Neymar ni Ramos, sancionados, y con la novedad de Renato Sanches en el medio, Galtier decidió continuar con el sistema de cuatro defensas que tanto rédito le había dado ante el Marsella. Por sus palabras en rueda de prensa, la defensa de tres centrales, al menos hasta antes del Mundial, no debería volver a imponerse como sistema inicial.

El PSG no se encontró una alfombra roja en Ajaccio. Más bien todo lo contrario. El recién ascendido ya había dado la sorpresa hace dos semanas en Marsella y quería repetirla ante un gigante al que odian por su fuerte sentimiento nacionalista. El partido empezó embarullado, con muchas segundas jugadas y con una ocasión para los corsos. El-Idrissy remató escorado al lateral de la red en lo que fue el único susto del primer tiempo para el PSG.

El líder de la Ligue 1, a medio gas, aprovechó un error de los rojiblancos para ponerse por delante en el marcador. Mbappé, que no estaba haciendo un gran partido hasta entonces, el minuto 28, convirtió en gol un extraordinario pase de Messi al espacio. El francés, sin embargo, tuvo la sentencia justo antes del descanso. Había que empujarla, pero el mal estado del césped, que originó un pequeño bote tras el pase de Achraf, le hizo rematar desequilibrado y por encima de la portería de Leroy.

Tras la reanudación, el PSG pudo sentenciar el partido de no ser por lo mal que decidieron sus delanteros. Pasarán los años y aunque puede que Messi no tenga el físico de antaño, su colosal talento, capaz de filtrar pases imposibles en cualquier zona del campo, sigue intacto. El argentino generó tres mano a mano, dos de Mbappé y uno de Bernat, que no fueron aprovechados. El Ajaccio, a duras penas, sobrevivía en una trinchera que no paraba de recibir bombas por cualquier flanco.

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Aunque hubo un leve amago de los de Pantaloni de reacción, con un disparo de Belaili que obligó a intervenir a Donnarumma, el partido lo iban a decidir dos monstruos, Leo Messi y Kylian Mbappé. Si en el 0-1 era el francés el que aprovechaba un gran pase del argentino, el talento de Bondy, mediante un tacón de fútbol de salón, asistió al rosarino en lo que fue una obra de arte que firmaría el mismísimo Picasso. Por si fuera poco, Messi, desatado durante todo el partido, volvió a asistir a Mbappé en el tercero de los de Galtier, que sentenciaron un encuentro cuya victoria no peligró en ningún momento.