Marcos Rojo, lesionado: cómo impacta en Boca su ausencia y cómo hará el equipo para reemplazarlo una vez más
El defensor se rompió los ligamentos de la rodilla derecha y tendrá entre 7 y 8 meses de recuperación
El defensor de Boca jugó 11 de los 24 partidos que disputó Boca en la Liga Profesional. La mitad menos uno. Diversos problemas físicos y de disciplina astillaron sus ganas de decir presente en todos los encuentros posibles, tal era su objetivo inicial cuando en junio comenzó el torneo. La lesión que sufrió este miércoles frente a Sarmiento, que según el propio futbolista había anticipado era grave, lógicamente le impedirá jugar lo que resta del calendario 2022, que es nada menos que la definición del campeonato local y de la Copa Argentina. Y tendrá todavía varios meses de 2023 inactivo.
El impacto para Boca es grande. En lo referido al armado del equipo de cara a los tres compromisos que le quedan (Newell’s en Rosario este domingo, Gimnasia en La Plata el miércoles e Independiente en la Bombonera dentro de 10 días). Pero también desde lo anímico. Y en la planificación del 2023, en donde el club tendrá que analizar si busca un reemplazo de su jerarquía o se arregla con lo que tiene.
El capitán del equipo demostró ser mucho más que eso, sobre todo en lo vinculado con la contención y el acompañamiento de los más jóvenes del plantel, en su proceso de consolidación en Primera. Ellos ven al campeón de América con Estudiantes de La Plata en 2009 como un hermano mayor, que les comparte sus vivencias en el fútbol europeo y en la selección argentina.
Por eso las lágrimas del experimentado zaguero cuando, tras la victoria en Junín, dijo ante las cámaras de ESPN. “Los chicos dijeron que iban a ganar por mí”, deslizó mientras se cubría los ojos con su mano izquierda. Y ya no pudo seguir hablando.
Pero Boca viene exhibiendo una fortaleza que por momentos se minimiza o pasa Inadvertida, pero que es tan importante como marcar goles. El poder de su mente está en su mejor momento. El equipo que conduce Hugo Ibarra demostró estar muy capacitado para sobreponerse a todo y a todos. Y después de aquella derrota 0-3 frente a Patronato en Paraná (que puso en duda incluso al entonces flamante trinomio técnico), encadenó 15 partidos sin derrotas: 13 por el torneo local y los dos restantes, por la Copa Argentina. De ellos: 12 terminaron en victorias y tres en empates.
La baja de Rojo vuelve a activar una alarma que, a esta altura, ya tiene gastada la batería de tanto sonar. Se repite: el capitán de Boca no jugó hasta aquí 13 de los 24 partidos del campeonato local por diversos factores. Decir que su ausencia puede impactar en la suerte del equipo en el tramo final de la competencia 2022 no se condice con la realidad. Boca no perdería los dos torneos en los que compite por no poder contar con él.
De los últimos 10 partidos que Boca jugó sin Rojo, ganó 7, empató 2 y perdió solo uno, hace dos meses y medio, frente a Patronato en Paraná
De los últimos 10 partidos que el Xeneize debió afrontar sin la presencia de Rojo, ganó siete (1-0 a Defensa y Justicia, Lanús, Godoy Cruz y Vélez, y 2-1 a Platense, Atlético Tucumán y Aldosivi), empató dos (0-0 con Racing y Rosario Central) y perdió apenas uno (el ya mencionado 0-3 con Patronato, hace dos meses y medio). Fueron 23 puntos cosechados sobre 30 posibles.
Los números tampoco validan que la baja del hombre que más jerarquía tiene como zaguero dentro del plantel azul y oro provoque más chances de que los rivales le marquen goles. De hecho, cuando Ibarra no pudo contar con el número 6, el Xeneize recibió apenas 6 goles. Por el contrario, logró mantener su valla invicta en 6 encuentros sobre 10. Sólo pudieron marcarle el Patrón, el Calamar, el Decano y el Tiburón.
De todas maneras, aquí es fundamental destacar las soberbias actuaciones de Agustín Rossi, que contradice lo que podría establecer una lógica jamás escrita sobre la reacción de la mente ante un acontecimiento complicado.
Más claro: Rossi mantuvo su curva ascendente de rendimiento desde que comenzó el tira y afloje entre el arquero y el Consejo para intentar llegar a un acuerdo y extender un vínculo laboral que, de no mediar variantes, culminará en junio de 2023.
Nada lo de que se habló, puertas adentro y afuera del predio de Ezeiza, ni la apresurada contratación de Sergio Romero (de baja por lesión hasta 2023) afectó su rendimiento. Incluso, ese contexto, lejos del ideal, potenció todo lo bueno que ya venía exhibiendo desde que en noviembre de 2020 regresó al club de la Ribera para establecerse como titular indiscutido, En este lapso suma 44 vallas invictas en 85 partidos jugados, entre todas las competiciones. Y dice presente cada vez que se lo exige a fondo: sea al comienzo de un partido o en la última pelota, como la que le sacó al arquero rival, Sebastián Meza, en su agónico intento de lograr el 1 a 1 para Sarmiento en Junín). Además de erigirse como un especialista en atajar penales, otra enorme virtud.
La baja de Rojo es importante, y vuelve a cercenar la libertad del cuerpo técnico, que tendrá que mutar de nuevo de intentar armar el equipo ideal a presentar el mejor equipo posible. Lo cierto es que es un contexto en donde las agendas futbolísticas están apretadísimas, por la inminencia del Mundial Qatar 2022. Y es un escenario donde puede incluso haber más lesiones graves. “Dios quiera me equivoque, pero en estas fechas que quedan el número de lesiones en los planteles creo que aumentará indefectiblemente”, pronosticó con preocupación el doctor Jorge Batista, para muchos, una eminencia de la medicina deportiva y máxima autoridad en el club de la Ribera.
Pero Boca se adapta. Tiene esa capacidad de reconvertirse, gracias a un gran trabajo para potenciar también a su semillero. Y si el peruano Luis Advíncula y el colombiano Frank Fabra son citados a sus respectivas selecciones, son reemplazados por Marcelo Weigandt y Agustin Sandez. Y atrás están Pedro Velurtas y Valentin Barco. Y el reemplazante de Rojo saldrá de Nicolás Figal o de Facundo Roncaglia, o de Carlos Zambrano. O del chico Gabriel Aranda, de acuerdo a lo que defina Ibarra en estas horas rumbo al domingo. Pero Boca sigue sorteando obstáculos indeseados e inoportunos, sigue sumando de a tres y a falta de dos fechas (aunque también debe completar los 81 minutos pendientes del suspendido encuentro con Gimnasia en La Plata) es el líder de la Liga Profesional y el único equipo que depende de sí mismo para salir campeón. Y Boca va.
Una incorporación de jerarquía, condicionada por lo físico
Desde que se incorporó a Boca, en febrero de 2021, Marcos Rojo tuvo 8 momentos en los que fue baja por lesiones varias, de las cuales cinco fueron por molestias musculares. En todo concepto, en estos 20 meses como futbolista xeneize el zaguero se perdió 32 partidos por aspectos ajenos al juego.
La grave lesión a la que el propio jugador hizo referencia en sus declaraciones post partido es la que sufrió en abril de 2017 jugando para el Manchester United: rotura parcial del ligamento cruzado de la rodilla derecha durante un encuentro ante Anderlecht, por la Europa League.
Si bien le demandó una larga recuperación (208 días fuera de las canchas), el regreso fue óptimo. Al punto que en noviembre de 2017 ya estaba activo y poco menos de un año más tarde formó parte del plantel argentino que disputó el Mundial en Rusia 2018, en donde marcó el gol agónico con el que el conjunto albiceleste venció a Nigeria y pudo clasificarse a los octavos de final.