Luca Langoni: de almorzar en el colectivo a darle goles fundamentales a Boca para estar cerca de ganar la Liga
El chico nacido en Laferrere en 2002 se llama así por el cantante de Sumo; marcó 7 tantos en 18 encuentros; gracias a esas conquistas, el Xeneize tiene 13 puntos más de los que sumaría sin su aparición
Hoy, a solo cuatro meses de su debut en Primera, Langoni se convirtió en una pieza fundamental de este Boca que acaricia un nuevo título. Sus goles le permitieron al Xeneize sumar 13 puntos más de los que tendría, de no ser por su electrizante aparición.
Con el tanto anotado a Gimnasia en el Bosque, el chico nacido en Laferrere, y que cumplirá recién 21 años el próximo 9 de febrero, lleva convertidos 7 en solo 18 partidos. Su promedio es todavía más sorprendente cuando se lo evalúa en relación a los minutos jugados (911). El chico marca un gol cada 130 minutos de acción.
Lo padeció por duplicado Atlético Tucumán en su debut, luego de ingresar a los 25 minutos del segundo tiempo. Con el equipo en desventaja, primero lo empató a los 32, y selló el 2 a 1 a tres minutos del final. También Colón sufrió de su sentido de la ubicación, en un durísimo 2 a 1 en Santa Fe. Cuando parecía que todo terminaba igualado, el número 41 desniveló a los 33 del complemento.
Langoni fue el autor del 1 a 0 con el que Boca derrotó a Godoy Cruz en Mendoza y a Sarmiento en Junín. Y este jueves facturó una vez más en cancha visitante, para que el equipo xeneize logre su victoria consecutiva número 11 por la mínima diferencia.
Su nombre es el homenaje al cantante de Sumo. “Se llama así por Luca Prodan”, confirmó su mamá, Jaqueline García, que en una reciente entrevista agregó: “Era el cantante favorito de su papá”.
La historia suya podría ser como la de cualquier otro chico, pero se diferencia por algo. Langoni siempre se caracterizó por el bajo perfil. Y así como se veía obligado a almorzar en el colectivo 86, cuando su madre lo retiraba de la escuela y lo llevaba con los minutos contados desde González Catán hasta el Predio Pompilio, para que llegara en tiempo y forma a los entrenamientos, no olvidó sus orígenes cuando comenzó a tener rodaje en la Primera de Boca.
Después de su resonante debut contra el Decano, al día siguiente llegó a la práctica en el Predio de Ezeiza a bordo de un remis. Nada de automóviles costosos, ni otra cosa que lo pueda desenfocar. Langoni es un chico serio. Y es un ítem que remarcaron fuerte los que diariamente validan las condiciones humanas, académicas y futbolísticas (en ese orden) en las Inferiores de Boca. Lejos de toda polémica, solo sonrió cuando un hincha de Gimnasia le arrojó una botella de plástico que impactó en su brazo cuando fue reemplazado.
Familiero, a Luca le costó irse de la casa donde hasta no hace mucho convivió con su mamá, su papá Rodrigo, y sus tres hermanos: Rodrigo, Franco y Julieta. Pero profesionalmente precisaba estar más cerca del lugar donde se entrena.
Su ascenso fue meteórico. Al punto que las tentaciones, a solo un like de distancia, pudieron hacerlo descarrilar. Pero tuvo la suerte de estar bien rodeado y aconsejado. Tanto quienes conducen su carrera profesional, como sus seres queridos y los responsables de las divisiones formativas de Boca, lo acompañan a toda hora en este proceso de consolidación que vino con una sobreexposición mediática impensada. “Goleador”, se lee en un post realizado en 2017, en el que sonríe junto a Darío Benedetto. Cinco años más tarde comparte la dupla ofensiva con el Pipa.
“Con el tema refuerzos, nosotros tenemos a Langoni, que juega bárbaro, que lo ha hecho muy bien. Venimos de ser campeones del fútbol argentino y por ahí es el momento para que los chicos tengan chances de crecer”, sentenció Juan Román Riquelme el 11 de septiembre, después del triunfo sobre River, cuando Luca apenas había disputado su tercer partido como titular.
Cuarenta días más tarde, Luca Langoni es uno de los grandes responsables de que Boca esté a solo un triunfo de volver a ser campeón del fútbol argentino. Y ya no es una promesa, sino una grata realidad.