Lewandowski no marcó goles en Múnich, Milán y Madrid

Barcelona, AS 
El cuento de hadas del aterrizaje de Lewandowski en Barcelona se ha afeado un poco en las últimas semanas. El polaco, profesional intachable, fue recibido como un héroe por el barcelonismo y es mirado como la nueva esperanza, pero la eliminación de la Champions y la derrota en el Clásico son un impacto para un fichaje que estaba destinado a tener rendimiento inmediato. No sólo a nivel individual. También a nivel colectivo. El fichaje de Lewandowski, 34 años, tenía que ver con un equipo que quiere ganar ya, no con uno que construye y podría escoger otro tipo de delantero.

De momento, Lewandowski ya no ganará con el Barça la Champions de esta temporada porque está virtualmente fuera. El polaco, además, siente que fallado. Su doblete contra el Inter no sirvió para voltear un partido que terminó 3-3 y que realmente fue una derrota. Y en Múnich, Milán y Madrid se quedó a cero. En el Allianz le pudieron las emociones y falló dos goles cantados (uno en un empalme con la derecha y otro en cabezazo relativamente sencillo para él) y en el Giuseppe Meazza se lo tragaron los centrales del Inter, especialmente Skriniar. En Madrid tampoco apareció, aunque fue protagonista de una acción en la que pudo ser objeto de penalti de Carvajal.

“Hoy duele, pero eso nos hará trabajar más mañana”, posteó en su cuenta de Instagram el polaco a la salida del Bernabéu. Ahora que los capitanes sienten distanciamiento respecto del entrenador y del calor de la gente, a Lewandowski no sólo le va a tocar tirar del carro en el campo, también fuera. Futbolistas como Busquets, Piqué o Alba no parecen en su mejor momento para agitar el vestuario y hacerle recuperar autoestima. En el Barça es tiempo de nuevos liderazgos. Jugadores como Araújo, Ter Stegen o Koundé están obligados a ejercerlo. Pero el más ganador de todos ha sido Lewandowski, que llegó en medio de una fenomenal euforia. Su llegada a Fort Lauderdale después de desvincularse del Bayern y que se llegase a un acuerdo para su traspaso, su presentación en Barcelona y su primer hat-trick contra el Viktoria Plzen. Todo eso se ha diluido prontísimo a mediados de octubre, apenas dos meses después de empezar la temporada. Superar el shock y girar la tortilla debe ser el objetivo de polaco, que va a ver medido prontísimo su rendimiento y su compromiso con el club. Antes incluso del Mundial.

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