Fórmula 1: Sergio Checo Pérez, la estrella de Red Bull en el laberinto de Singapur
El mexicano recibió una penalización de cinco segundos, pero igualmente se impuso en el circuito callejero de Yas Marina; Max Verstappen y Lewis Hamilton también cometen errores
Un error en la qualy dinamitó la posibilidad de que Max Verstappen pulseara por consagrarse bicampeón en el circuito callejero de Yas Marina, y una falla de comunicación con el Safety Car a punto estuvo de quitarle al mexicano su cuarto éxito en el Gran Circo, el segundo del año. La sanción de cinco segundos dejó a resguardo la victoria, porque en el cronómetro el tapatío impuso una distancia de 7s595/1000 frente a Charles Leclerc, el piloto que marcó nueve poles en la aventura, aunque en 2022 solamente ganó dos veces partiendo desde el mejor lugar de la grilla.
“Durante los dos períodos de Auto de Seguridad, Sergio cometió el mismo error. Esperamos, como mínimo, que se lleve una sanción de 10 segundos. Es una pena que esta decisión no se haya tomado durante la carrera”, especuló Mattia Binotto, el jefe de Ferrari. El reglamento –artículo 55.7- establece que el líder de la carrera debe dejar una distancia de diez autos entre él y el Safety Car y las imágenes de la transmisión asomaron engañosas, porque el mínimo de distancia fue de 40 autos. “En los lugares en lo que podía seguir el ritmo, el Auto de Seguridad era muy lento. Y cuando no podía seguirle, era muy rápido. Creo que hubo un poco de falta de comunicación. Es comprensible que en las condiciones de pista en las que estábamos y a las que nos enfrentábamos, en particular en el último sector, era complejo, porque no eran normales. No espero ninguna sanción, los comisarios estaban satisfechos con mi explicación y lo entendieron”, relató Pérez, después de comparecer ante las autoridades y una hora antes de que se conociera el fallo. Helmut Marko, el asesor de Red Bull Racing, nunca perdió la calma: “Cuando venga la sanción, si es que viene, no esperamos más de cinco segundos”, repetía en las entrevistas.
Mientras Checo Pérez construyó una tarea formidable, arrebatándole en la largada el primer puesto a Leclerc y manteniéndose en la cabeza de la carrera durante todo el gran premio, Verstappen tuvo en Singapur una experiencia calamitosa. Se clasificó octavo, porque cuando iba a ensayar el último intento de mejor vuelta fue llamado desde el garaje: se estaba quedando sin combustible; en la largada tenía el motor en un modo equivocado y durante la carrera, al intentar superar a Lando Norris (McLaren), se bloquearon las ruedas y debió tomar una escapatoria para no estrellarse. “Complicado y frustrante”, resumió la tarea, quien remontó desde el último al séptimo puesto y buscará coronarse el fin de semana en Suzuka, Japón.
Las condiciones de pista del trazado callejero tampoco hicieron que resultara una carrera halagadora para Lewis Hamilton (Mercedes), que tuve en Singapur su mejor sesión clasificatoria del año, al finalizar en el tercer lugar, aunque después se derrumbó. Al igual que Verstappen, el séptuple campeón británico, perdió posiciones -con Carlos Sainz Jr.- en el lanzamiento. Sin embargo, el peor fallo llegó en el giro 33, cuando el auto partió directo hacia la barrera de protección de la Curva 7: un pequeño daño en el alerón delantero, el saldo del incidente.
No fue el único: en el deseo de trepar al séptimo puesto, cuando buscó el sobrepaso frente a Sebastian Vettel (Aston Martin), en la Curva 8, imaginó la acción con demasiado optimismo: al salirse de la huella el Mercedes no dobló y fue superado por Verstappen, que venía por detrás. “Puede ser que haya sido una de mis peores carreras”, enfatizó, admitiendo la cadena de errores que protagonizó en un circuito que lo vio ganador en cuatro oportunidades, pero que esta vez resultó impiadoso.