El PSG no apaga su incendio
El conjunto parisino empató a uno ante el Benfica y tendrá que afianzar la primera plaza de grupo en las dos últimas jornadas de la Champions League.
La tarde no fue tranquila en París ni mucho menos. La burbuja estalló a mediodía. Mbappé quería salir del PSG en enero y el club tuvo que reunirse de urgencia para calmar la situación. El ambiente, enrarecido en la previa del Benfica, no era el idóneo antes de afrontar un partido trascendental en la Champions League, la competición por la que nació este proyecto de la mano de QSL. En lo puramente deportivo, Sarabia entraba en el once por Messi, que se cayó de la convocatoria por una contractura en el sóleo.
El PSG ha demostrado sobradamente, sobre todo en la Ligue 1, que no necesita realizar grandes partidos para ponerse por delante en el marcador. El del Benfica fue un partido cómodo, tranquilo, sin el nerviosismo que suele imperar en este tipo de contextos. La derrota de la Juventus en Israel prácticamente clasificaba a ambos equipos a octavos y no hubo una tensión extrema durante los primeros 45 minutos.
La primera gran jugada de peligro acabó en la red. En una triangulación en la banda izquierda, Verratti encontró a Bernat, que provocó el penalti de Antonio Silva. El joven defensa del Benfica llegó muy tarde al duelo y se llevó por delante al exjugador del Valencia. Mbappé no dudo ni un segundo. Cogió el balón, miró a Vlachodimos un momento y no titubeó para engañarle y para poner por delante a su equipo. Poco importaron los rumores de la tarde, ya que Mbappé, que es si algo ha demostrado en el campo es ser un profesional, se encargó de levantar al público del Parque de los Príncipes.
El segundo tiempo volvió a tener un ritmo lento, amansado y con la sensación de que ambos equipos tenían ya los deberes hechos. Mbappé, mucho más cómodo jugando entre líneas que anclado como nueve, tuvo el 2-0 en una gran transición del PSG, pero su remate se marchó rozando el poste. Lo que pudo ser la sentencia le dio una vida extra al Benfica. Los lisboetas se fueron adentrando en el encuentro poco a poco y encontraron su rédito gracias a un penalti de Verratti. El italiano cometió un penalti absurdo muy cerca de la frontal que, aunque no lo pitó el árbitro en primera instancia, lo señaló después de consultar con el VAR. Joao Mario no perdonó y le puso un poco de emoción a un partido dormido con cloroformo durante mucho tiempo. Mbappé, al que le anularon un gol, acabó pidiendo el cambio por una dura entrada de Bah en el segundo tiempo. Un empate que no beneficia a ninguno de ambos equipos